Mis deseos con Culona61 (PRIMERA PARTE).
Mi deseo hacía Isabella no menguaba si no que cada vez iba en aumento, su madurez unido a su belleza provocaba en mi una mezcla entre morbo y cariño, un cariño provocado por las conversaciones que habíamos mantenido; y yo, no me podía permitir el lujo de perder la oportunidad de conocerla, sin embargo, me preocupaba no estar a la altura de sus deseos, aunque tampoco había mucho que preocuparse por ello, pues no obstante confiaba en sus palabras hacía mí.
Por fin llegó el momento, la vi venir hacía mi en el lugar de una ciudad que previamente habíamos acordado, su belleza alumbró los ojos, y mi nerviosismo se disipaba a la vez que nuestras auras conectaban y podíamos sentir el calor humano, mi juventud no le impedía a ella sentir el espíritu de madurez que estaba impregnado en mí, una madurez que no era fácil encontrar en los hombres de esta época; tras el saludo respectivo oí su voz que aún me reconfortó más y que me llevó a un estado de tranquila placidez.
Era media tarde, sobre las cuatro, y mirándonos con una mirada bastante dulce y una sonrisa cómplice nos dirigimos por unas calles estrechas y empedradas hacía nuestro hotel; fue en una plaza pequeña y recóndita con una fuente en medio el escenario de nuestro primer beso, y tras ello y caminando unos minutos más; ahí estaba, el que debía ser el nido de nuestro amor y nuestros deseos más latentes, el hotel donde íbamos a pasar una estancia inolvidable.
Tras los pertinentes tramites en el hotel, por el pasillo entre sonrisas y bromas íbamos jugando, mi mano le acariciaba suavemente su trasero y tras una sonrisa perfecta ella hizo lo mismo con el mío, por fin llegamos a la habitación y tras abrir la puerta y soltar nuestro equipaje, me fui hacía ella y empecé a besarla, al principio poco a poco, mientras le agarraba su culo redondo y perfecto mientras ella se estremecía, mi locura iba en aumento...
Deleted
En un punto, mi boca alcanzó su cuello y el siguiente paso fue quitarnos las camisas, yo se la desabroche a ella mientras mis labios se deslizaban hacía sus pechos, y tras el desprendimiento de sus sujetadores llegaron mis labios y comieron del más bello y sabroso fruto que jamás habían probado, mientras, sus manos me acariciaban el cabello y de sus labios brotaban las más dulces y picantes palabras que en un momento de placer se podían escuchar...
Mi erección iba en aumento y como un caballero la acosté en la cama para juntar mis labios en su lugar más intimo, suavemente lo acariciaba con mi lengua mientras notaba que su excitación iba en aumento, así estuvimos unos diez minutos hasta que me sugirió que le entrara con mi sexo, y así lo hice, poquito a poquito mientras ella me guiaba; cuando ya mi miembro estaba en la mitad de su guarida de amor, aceleré y entre dentro de ella seguido de un pequeño sobresalto por su parte; yo arriba ahora la dominaba mientras cada vez su placer amatorio iba en aumento, gemido a gemido podía notar su placer y su rendición hacía mi, no obstante estábamos controlando los tiempos como en la composición de una melodía, estábamos escribiendo notas de placer y con ello escalamos hasta el pico de la pasión hasta que Isabella en su mayor acto de entrega me dijo que la llenara toda mientras que yo le hice prometer que siempre sería mi amante, entre gemidos me contestó afirmativamente, lo que hizo que soltara toda mi leche dentro de ella hasta dejarla inundada de mí...
CONTINUARÁ...
Por fin llegó el momento, la vi venir hacía mi en el lugar de una ciudad que previamente habíamos acordado, su belleza alumbró los ojos, y mi nerviosismo se disipaba a la vez que nuestras auras conectaban y podíamos sentir el calor humano, mi juventud no le impedía a ella sentir el espíritu de madurez que estaba impregnado en mí, una madurez que no era fácil encontrar en los hombres de esta época; tras el saludo respectivo oí su voz que aún me reconfortó más y que me llevó a un estado de tranquila placidez.
Era media tarde, sobre las cuatro, y mirándonos con una mirada bastante dulce y una sonrisa cómplice nos dirigimos por unas calles estrechas y empedradas hacía nuestro hotel; fue en una plaza pequeña y recóndita con una fuente en medio el escenario de nuestro primer beso, y tras ello y caminando unos minutos más; ahí estaba, el que debía ser el nido de nuestro amor y nuestros deseos más latentes, el hotel donde íbamos a pasar una estancia inolvidable.
Tras los pertinentes tramites en el hotel, por el pasillo entre sonrisas y bromas íbamos jugando, mi mano le acariciaba suavemente su trasero y tras una sonrisa perfecta ella hizo lo mismo con el mío, por fin llegamos a la habitación y tras abrir la puerta y soltar nuestro equipaje, me fui hacía ella y empecé a besarla, al principio poco a poco, mientras le agarraba su culo redondo y perfecto mientras ella se estremecía, mi locura iba en aumento...
Deleted
En un punto, mi boca alcanzó su cuello y el siguiente paso fue quitarnos las camisas, yo se la desabroche a ella mientras mis labios se deslizaban hacía sus pechos, y tras el desprendimiento de sus sujetadores llegaron mis labios y comieron del más bello y sabroso fruto que jamás habían probado, mientras, sus manos me acariciaban el cabello y de sus labios brotaban las más dulces y picantes palabras que en un momento de placer se podían escuchar...
Mi erección iba en aumento y como un caballero la acosté en la cama para juntar mis labios en su lugar más intimo, suavemente lo acariciaba con mi lengua mientras notaba que su excitación iba en aumento, así estuvimos unos diez minutos hasta que me sugirió que le entrara con mi sexo, y así lo hice, poquito a poquito mientras ella me guiaba; cuando ya mi miembro estaba en la mitad de su guarida de amor, aceleré y entre dentro de ella seguido de un pequeño sobresalto por su parte; yo arriba ahora la dominaba mientras cada vez su placer amatorio iba en aumento, gemido a gemido podía notar su placer y su rendición hacía mi, no obstante estábamos controlando los tiempos como en la composición de una melodía, estábamos escribiendo notas de placer y con ello escalamos hasta el pico de la pasión hasta que Isabella en su mayor acto de entrega me dijo que la llenara toda mientras que yo le hice prometer que siempre sería mi amante, entre gemidos me contestó afirmativamente, lo que hizo que soltara toda mi leche dentro de ella hasta dejarla inundada de mí...
CONTINUARÁ...
4 years ago