La Paja: Mi Vicio (Parte 1)
Soy profesor universitario, tengo 45 años y desde que me acuerdo, la paja ha sido mi vicio.
La paja, la manfinfla, el ahorcar al ganso, sacudir la nutria, como quieran decirle me ha dado placer desde los 8 años. A esa edad no sabes lo que significa masturbarse, pero yo lo hacía, sin saber que así se llamaba. Lo hacía sobre la cma de una tía de 30 años. Me ponía boca abajo y con ambas manos me restregaba la entrepierna y eso me producía placer. Cuando lo hacía, olía la cama de mi tía y me la imaginaba diciéndome que me amaba y que quería que meara en su boca. Lo hacía sguido, una o dos veces al día. Ella vivía con mi tía abuela, que se movía muy lento y nunca sab{ia o que yo hacía en la cama de Helena, el nombre de mi tía. Un día, cureoseando, encntré un tesoro: el canasto de la ropa sucia de Helena. El tener sus calzones, sostenes y medias de nylon sucios en mis manos me calentó y no pude evitar sentirme con ganas de restregar mis manos en mi entrepierna para darme placer. Pusse su ropa en la cama, sus calzones y sostenes debajo de mi cara, donde podía percibir el olor íntimo de una mujer madura que salía de su casa a las 06:30 de la mañana y regresaba a las 20:00 horas después de hacer clases en un pueblo pequeño. Era profesora rural, por lo que sus calzones olían a sudor y orina de su concha (o zorra); y sus sostenes a sudor y desodorante. Me volví loco ese día. M saqué los pantalones y puse sus sostenes a la altura de mi verga (o pico o pichula como le decimos en Chile) y el placer fu spremo. Ma masturbé cuatro cinco veces hasta quedar exhausto. A esa edad no se expulsa semenni líquido seminal, por lo que las ropas quedaban limpias d toda evidencia. Hice esto hasta los 12 años.
A esta edad ya producía líquidos y semen, por lo que tenía que ser más cuidadoso, pero también descubrí que podía hacerme la paja frotándome la verga, porque ahora mi cuerpo producía erecciones, lo que significó que podía masturbarme en los baños de las casas de mis amigos, oliendo las ropas de sus madres o tías e incluso abuelas. Siempre me calenaron las mujeres maduras, o de frentón, viejas. Me hacía la paja en el colegio, en la biblioteca, con la señora Sofía Marambio, a quien mencioné en mi fantasía de pajero. Nunca me vio, nunca sospechó que me pajeaba imaginándole que se tragaba todos mis mocos. A esa edad descubrí también los videos prno en VHS, pero eran muy difíciles de conseguir.
Cuando cumplí quince, seguía con mi vicio. Me pajeaba en donde podía. Un día un amigo me dijo que en el video club cerca de su casa, arrendaban películas porno. Era un club de barrio, así es que las porno eran grabaciones de las grabaciones de las grabaciones, pero no imprtaba. Fui un día con la intención (y la calentura a mil,porqu tenía otro calzón my sucio de mi tía) de arrendar una. La mujer que me atendió era delgada, tenía esa cara de caliente que a los hombres nos gusta, se maquillaba en exceso, pero le quedaba bien. Era delgada, morena, alta, de unos carenta y tantos, con un par de tetas decentes y un culo redondito, no abundante, pero deseable. "Hola, qué se te ofrece", me preguntó mientras masticaba chicle y encendía un cigarrillo. Le dije que buscaba pelíclas para adultos. Estábamos solos en la tienda. "Ah, una porno", me dijo cerrándome el ojo con complicidad. "Pasa", me abrió a portezuela del mostrador, "esta es de lesbianas, esta es de maricones, esta otra...es...no sé, jajajajaja....esta otra es de travestis, esta es de i****to, esta es de z******a....la de z******a es buena, una mujer se la chupa a un burro y después el burro le mete toda la verga en el culo. Cuando la vi me calentó harto. Hay más, pero no sé de qué son". Con ese comentario la verga se me puso más que dura. Mis calzoncillos estaban mojados y pegajosos. Ella, la muy puta, veía porno y no me cabía la menor duda que no lo veía sola. Me la imaginé irando al burro penetrar a la mujer mientras su marido hacía lo con su ano.Le dije que me iba a llevar la de i****to y otra de la caja. Le pagué, me las puso en una bolsa y me dijo "Me las tiene que traer el Jueves o ha multa, ¿bueno? Que las disfrutes" Me cerró el ojo de nuevo e hizo el gesto de sobar una verga con su mano derecha. De más está decirles que volví el jueves a llevar otras, no sin antes conversar un rato con Lorena, que era su nombre. Así estuve haciéndome la paja mirando las prno que me daba Lorena e imaginando que era ella en las películas, oliendo los calzones sucios que había conseguido robarme por ahí y disfrutandolo. Fui a dejar una película el día Lunes cerca de las 21:00, estaba cerrando, pero me hizo pasar. "Te demoraste con esta, eh? Y su cerrada de ojo. "Déjame registrarla como devuelta...pasa y saca la que te vas a llevar". Tomé otra de la caja, cuando veo que ella estaba poniendo la porno, "Veamos con qué te estabas pajeando...." Me puse rojo. n la pantalla de la TV aparecía Kitty Fox chupándole la verga a dos tipos jóvenes. Sus quejidos, su chupeteo y el hecho de estar mirando la misma escena con la que me hice la paja con una mujer vieja, me pusieron a mil. "Así es que te gustan las viejitas...jejejejeje...miren qué degenerado me saliste....y tan buenro y correcto que se te ve..jajajajaja". Así es que le dije que si, que me calentaban las mujeres mayores."¿Sabes? Hace años que no veo a un jovencito pajearse", tragué saliva, no podía creer lo que estaba pasando, ¿iba a pedirme que me iciera la paja en frente de ella?, "¿por qué no me muestras cómo lo haces? Va a ser un secreto entre los dos no más", lo djo mientras me desabrochaba el pantalón. Me senté, me bajé el pantalón y comencé a pajearme lentamente, sin sacarle los ojos de encima."Asíiiiiii.....que rico se ve eso....dale, dale...córrete la paja....mmmm...te gustan las tetas de esa mujer, ¿verdad?" Le contesté que prefería mirarle el culo a ella. Se bajó los pantalones y los calzones sin dejar de mirarme. Se me acercó me agarró la verga y ella siguió con la faena. "Así es la concha de una mujer....¿te gusta? apuesto a que quieres olerla y lamera como en las películas....mmmmmmla tienes muy dura...¿vas a acabr ya?" Asentí con a cabeza.Ella se volteó, se inclinó hacia adelente y se abrió las nalgas. Pde ver su zorra peluda y su culo negro y con eso, acabé. Fueron seis descargas de semen caliente y espeso. Varias gotas llegaron hasta sus piernas. Se subió los pantalones, se llevó el cigarro a la boca, me miró y dijo "Me calienta mirar a hombres jóvenes pajeándose, después cuando mi marido me lo mete me acuerdo de ellos. Hoy me voy a acordar de ti". Me limpió la verga con papel higiénico, me dio unn beso con lengua y dijo "Este es un secreto entre ambos. Si sospecho que alguien más lo sabe, voy a ir a tu casa a decirle a tus papás que has estado arrendando películas porno. ¿Está claro? Ahora llévate a película que tengo que cerrar". Así lo hice. Llevé la película de vuelta el día correspondiente, pero ella ya o estaba. en su lugar había un tipo. Jamás voy a olvidarme de esa experiencia, así como no voy a olvidarme de otras que les contaré en la segunda parte.
La paja, la manfinfla, el ahorcar al ganso, sacudir la nutria, como quieran decirle me ha dado placer desde los 8 años. A esa edad no sabes lo que significa masturbarse, pero yo lo hacía, sin saber que así se llamaba. Lo hacía sobre la cma de una tía de 30 años. Me ponía boca abajo y con ambas manos me restregaba la entrepierna y eso me producía placer. Cuando lo hacía, olía la cama de mi tía y me la imaginaba diciéndome que me amaba y que quería que meara en su boca. Lo hacía sguido, una o dos veces al día. Ella vivía con mi tía abuela, que se movía muy lento y nunca sab{ia o que yo hacía en la cama de Helena, el nombre de mi tía. Un día, cureoseando, encntré un tesoro: el canasto de la ropa sucia de Helena. El tener sus calzones, sostenes y medias de nylon sucios en mis manos me calentó y no pude evitar sentirme con ganas de restregar mis manos en mi entrepierna para darme placer. Pusse su ropa en la cama, sus calzones y sostenes debajo de mi cara, donde podía percibir el olor íntimo de una mujer madura que salía de su casa a las 06:30 de la mañana y regresaba a las 20:00 horas después de hacer clases en un pueblo pequeño. Era profesora rural, por lo que sus calzones olían a sudor y orina de su concha (o zorra); y sus sostenes a sudor y desodorante. Me volví loco ese día. M saqué los pantalones y puse sus sostenes a la altura de mi verga (o pico o pichula como le decimos en Chile) y el placer fu spremo. Ma masturbé cuatro cinco veces hasta quedar exhausto. A esa edad no se expulsa semenni líquido seminal, por lo que las ropas quedaban limpias d toda evidencia. Hice esto hasta los 12 años.
A esta edad ya producía líquidos y semen, por lo que tenía que ser más cuidadoso, pero también descubrí que podía hacerme la paja frotándome la verga, porque ahora mi cuerpo producía erecciones, lo que significó que podía masturbarme en los baños de las casas de mis amigos, oliendo las ropas de sus madres o tías e incluso abuelas. Siempre me calenaron las mujeres maduras, o de frentón, viejas. Me hacía la paja en el colegio, en la biblioteca, con la señora Sofía Marambio, a quien mencioné en mi fantasía de pajero. Nunca me vio, nunca sospechó que me pajeaba imaginándole que se tragaba todos mis mocos. A esa edad descubrí también los videos prno en VHS, pero eran muy difíciles de conseguir.
Cuando cumplí quince, seguía con mi vicio. Me pajeaba en donde podía. Un día un amigo me dijo que en el video club cerca de su casa, arrendaban películas porno. Era un club de barrio, así es que las porno eran grabaciones de las grabaciones de las grabaciones, pero no imprtaba. Fui un día con la intención (y la calentura a mil,porqu tenía otro calzón my sucio de mi tía) de arrendar una. La mujer que me atendió era delgada, tenía esa cara de caliente que a los hombres nos gusta, se maquillaba en exceso, pero le quedaba bien. Era delgada, morena, alta, de unos carenta y tantos, con un par de tetas decentes y un culo redondito, no abundante, pero deseable. "Hola, qué se te ofrece", me preguntó mientras masticaba chicle y encendía un cigarrillo. Le dije que buscaba pelíclas para adultos. Estábamos solos en la tienda. "Ah, una porno", me dijo cerrándome el ojo con complicidad. "Pasa", me abrió a portezuela del mostrador, "esta es de lesbianas, esta es de maricones, esta otra...es...no sé, jajajajaja....esta otra es de travestis, esta es de i****to, esta es de z******a....la de z******a es buena, una mujer se la chupa a un burro y después el burro le mete toda la verga en el culo. Cuando la vi me calentó harto. Hay más, pero no sé de qué son". Con ese comentario la verga se me puso más que dura. Mis calzoncillos estaban mojados y pegajosos. Ella, la muy puta, veía porno y no me cabía la menor duda que no lo veía sola. Me la imaginé irando al burro penetrar a la mujer mientras su marido hacía lo con su ano.Le dije que me iba a llevar la de i****to y otra de la caja. Le pagué, me las puso en una bolsa y me dijo "Me las tiene que traer el Jueves o ha multa, ¿bueno? Que las disfrutes" Me cerró el ojo de nuevo e hizo el gesto de sobar una verga con su mano derecha. De más está decirles que volví el jueves a llevar otras, no sin antes conversar un rato con Lorena, que era su nombre. Así estuve haciéndome la paja mirando las prno que me daba Lorena e imaginando que era ella en las películas, oliendo los calzones sucios que había conseguido robarme por ahí y disfrutandolo. Fui a dejar una película el día Lunes cerca de las 21:00, estaba cerrando, pero me hizo pasar. "Te demoraste con esta, eh? Y su cerrada de ojo. "Déjame registrarla como devuelta...pasa y saca la que te vas a llevar". Tomé otra de la caja, cuando veo que ella estaba poniendo la porno, "Veamos con qué te estabas pajeando...." Me puse rojo. n la pantalla de la TV aparecía Kitty Fox chupándole la verga a dos tipos jóvenes. Sus quejidos, su chupeteo y el hecho de estar mirando la misma escena con la que me hice la paja con una mujer vieja, me pusieron a mil. "Así es que te gustan las viejitas...jejejejeje...miren qué degenerado me saliste....y tan buenro y correcto que se te ve..jajajajaja". Así es que le dije que si, que me calentaban las mujeres mayores."¿Sabes? Hace años que no veo a un jovencito pajearse", tragué saliva, no podía creer lo que estaba pasando, ¿iba a pedirme que me iciera la paja en frente de ella?, "¿por qué no me muestras cómo lo haces? Va a ser un secreto entre los dos no más", lo djo mientras me desabrochaba el pantalón. Me senté, me bajé el pantalón y comencé a pajearme lentamente, sin sacarle los ojos de encima."Asíiiiiii.....que rico se ve eso....dale, dale...córrete la paja....mmmm...te gustan las tetas de esa mujer, ¿verdad?" Le contesté que prefería mirarle el culo a ella. Se bajó los pantalones y los calzones sin dejar de mirarme. Se me acercó me agarró la verga y ella siguió con la faena. "Así es la concha de una mujer....¿te gusta? apuesto a que quieres olerla y lamera como en las películas....mmmmmmla tienes muy dura...¿vas a acabr ya?" Asentí con a cabeza.Ella se volteó, se inclinó hacia adelente y se abrió las nalgas. Pde ver su zorra peluda y su culo negro y con eso, acabé. Fueron seis descargas de semen caliente y espeso. Varias gotas llegaron hasta sus piernas. Se subió los pantalones, se llevó el cigarro a la boca, me miró y dijo "Me calienta mirar a hombres jóvenes pajeándose, después cuando mi marido me lo mete me acuerdo de ellos. Hoy me voy a acordar de ti". Me limpió la verga con papel higiénico, me dio unn beso con lengua y dijo "Este es un secreto entre ambos. Si sospecho que alguien más lo sabe, voy a ir a tu casa a decirle a tus papás que has estado arrendando películas porno. ¿Está claro? Ahora llévate a película que tengo que cerrar". Así lo hice. Llevé la película de vuelta el día correspondiente, pero ella ya o estaba. en su lugar había un tipo. Jamás voy a olvidarme de esa experiencia, así como no voy a olvidarme de otras que les contaré en la segunda parte.
6 years ago