Primera experiencia con mi hijo - Parte 2
Después de pasarme toda la tarde en mi habitación, a eso de las 19.00 hrs bajé a la cocina a prepararme algo de comer y se me ocurrió llevarle algo a mi hijo, ya que él tampoco había comido y con la idea de que quizás con ese gesto podríamos hacer las paces y tener una conversación para aclarar las cosas.
Subí la escalera y me dirigí a su habitación, con la sorpresa que la puerta estaba entre abierta. Como tenía las manos ocupadas, empujé la puerta con el pie y al entrar observé que “X” no estaba ahí. Dejé la bandeja con comida sobre la cómoda y caminé en dirección a su cama, ya que algo me había llamado la atención. Justo en ese momento entró mi hijo con un rollo de papel confort en sus manos y se sorprendió bastante al verme.
- Mamá! Que haces aquí?!... Sal de mi pieza, me pidió muy nervioso.
Yo solo escuché sus palabras, pero no le hice caso. Me acerqué a su cama y sobre ella estaba el mismo calzón sucio que me había sacado y dejado en la cesta de ropa sucia durante la mañana. Pero no solo eso, sobre él había una enorme descarga de semen, blanco y espeso.
- Así que fuiste al baño, sacaste otra vez mi calzón, te masturbaste con él y me lo dejas así, le dije mientras tomaba cuidadosamente el calzón en mis manos.
- Mamá perdóname!, me pidió llevándose las manos a su cara.
- Por qué me haces esto hijito?… Por qué me tientas de esta manera?, le dije sin quitarle la vista al calzón, el cual lo tenía a centímetros de mi cara.
Justo antes de que “X” me contestara, no pude contenerme y casi por instinto deslicé mi lengua por encima de la mancha de semen que mi hijo había dejado en mi calzón.
- mmm.. esta exquisita mi niño, le dije mirándolo, mientras degustaba el sabor de su semen en mi boca.
Mi hijo no podía creer lo que sus ojos veían, y el asombro, pero sobre todo la excitación, quedaron marcados en su rostro.
- Ma-mamita.. hágalo otra vez…
Obedientemente me metí el calzón a mi boca para chuparlo todo y degustar la lechita que mi hijo había dejado para mí. Mientras lo hacía comencé a quitarme la blusa y luego el sostén. Me tendí sobre la cama y empecé a sobar y pellizcar mis pezones. Saqué el calzón de mi boca empapado en saliva y miré fijamente a mi hijo.
- Esta vez no vas a rechazar a tu madre, cierto hijito?, le pregunté estirando mi mano para alcanzar la suya.
- Por supuesto que no mamá, esta vez seré un buen hijo, me respondió mientras colocaba una de sus rodillas sobre la cama e inclinaba su cuerpo hacia mí.
Enseguida “X” comenzó a lamer y acariciar mi tetas, las apretaba y chupaba mis pezones alternadamente. Yo estaba extasiada y mi entrepierna completamente empapada.
Luego de un rato tomé el calzón y se lo metí en su boca, me levanté y tendí a mi hijo en la cama.
- Aún queda lechita para mamá? Le pregunté mientras bajaba su pantalón.
Como tenía la boca llena no pudo responderme, así que solo asintió con la cabeza. Luego bajé su calzoncillo hasta los tobillos y comencé a jugar con su erecto pene. Lo lamí desde la base hasta la punta, como si fuera un helado.
Enseguida me metí su bolas en mi boca, mientras lo masturbaba. No pasaron muchos minutos para que comenzara a estremecerse de placer, hasta acabar con una generosa descarga de leche, claro que como anteriormente había acabado sobre mi calzón, la cantidad de semen fue menor.
Por mucho que lo había deseado y esperado, no podía creer que estuviera en tal situación, con el morbo de tener en mi boca el semen de mi propio hijo. Sencillamente alucinante y demencial, pero debía gozar el momento.
- Hjito, quieres comerle el culito a mama?, le pregunté mientras me desabrochaba el pantalón.
- Claro que si mamá, voy a devorarlo!
Quedé completamente desnuda frente a la mirada lasciva de “X”. Me subí a la cama y coloqué mis pies a un costado de su cuerpo y estando de pie sobre él, me agarraba firme las nalgas para exhibirle mi culo y calentarlo más de lo que estaba.
- Agáchate mamá que quiero comerte el hoyo!, me lo pedía ansioso.
Separé mis nalgas y lentamente me fui agachando hasta que mi rajita quedó justo a la altura de su boca. Su lengua traviesa me causaba demasiado placer, pero al estar en cuclillas hizo que mis piernas se cansaran, así que decidí sentarme sobre su cara, dejando caer mi trasero sobre él.
- Hace cuanto deseabas comerte el culito sucio de mamá?... Yo hace mucho que quería estar así contigo… y lo mejor de todo es que ahora podremos hacerlo siempre que queramos, hijto.
Mi hijo estaba entretenido lamiendo mi ano y degustando el juguito que chorreaba desde mi vagina, así que no tuvo oportunidad de responderme nada.
Pasaron largos minutos, hasta que comencé a tener mi orgasmo. Aún recuerdo como restregué mi culo por la cara de mi hijo, extasiada, convulsionando de placer. Fue uno de los más placenteros orgasmos que he tenido, talvez por que fue mi hijo quien lo provocó.
Luego de eso, quedé tendida sobre la cama, “X” se levantó y separó mis piernas para limpiar con su lengua la cremita que salía de mi vagina. Fue muy morboso ver a mi hijo lamer y tragarse mis fluidos.
Una vez que recuperé el aliento me levanté y le pedí a “X” que me esperara, ya que iría por un vaso de agua y volvía. Al salir de la habitación, el pasillo estaba oscuro y sorpresivamente me encontré a mi hija tendida en el suelo, con los pantalones abajo y masturbándose. Ella solo me miró y me giño el ojo, yo le sonreí y luego bajé a la cocina.
Cuando subí, mi hija ya no estaba en el pasillo y de inmediato pasó por mi cabeza que estaba con su hermano, pero al entrar en su habitación solo estaba él.
Me senté en la cama y comencé a platicar con mi hijo, explicándole muchas cosas, finalmente cerramos el asunto con un tierno beso en los labios, dejando las puertas abiertas a una nueva etapa en nuestra relación madre-hijo y por qué no decirlo, madre-hijo-hija, pero eso ya es otra historia…
Subí la escalera y me dirigí a su habitación, con la sorpresa que la puerta estaba entre abierta. Como tenía las manos ocupadas, empujé la puerta con el pie y al entrar observé que “X” no estaba ahí. Dejé la bandeja con comida sobre la cómoda y caminé en dirección a su cama, ya que algo me había llamado la atención. Justo en ese momento entró mi hijo con un rollo de papel confort en sus manos y se sorprendió bastante al verme.
- Mamá! Que haces aquí?!... Sal de mi pieza, me pidió muy nervioso.
Yo solo escuché sus palabras, pero no le hice caso. Me acerqué a su cama y sobre ella estaba el mismo calzón sucio que me había sacado y dejado en la cesta de ropa sucia durante la mañana. Pero no solo eso, sobre él había una enorme descarga de semen, blanco y espeso.
- Así que fuiste al baño, sacaste otra vez mi calzón, te masturbaste con él y me lo dejas así, le dije mientras tomaba cuidadosamente el calzón en mis manos.
- Mamá perdóname!, me pidió llevándose las manos a su cara.
- Por qué me haces esto hijito?… Por qué me tientas de esta manera?, le dije sin quitarle la vista al calzón, el cual lo tenía a centímetros de mi cara.
Justo antes de que “X” me contestara, no pude contenerme y casi por instinto deslicé mi lengua por encima de la mancha de semen que mi hijo había dejado en mi calzón.
- mmm.. esta exquisita mi niño, le dije mirándolo, mientras degustaba el sabor de su semen en mi boca.
Mi hijo no podía creer lo que sus ojos veían, y el asombro, pero sobre todo la excitación, quedaron marcados en su rostro.
- Ma-mamita.. hágalo otra vez…
Obedientemente me metí el calzón a mi boca para chuparlo todo y degustar la lechita que mi hijo había dejado para mí. Mientras lo hacía comencé a quitarme la blusa y luego el sostén. Me tendí sobre la cama y empecé a sobar y pellizcar mis pezones. Saqué el calzón de mi boca empapado en saliva y miré fijamente a mi hijo.
- Esta vez no vas a rechazar a tu madre, cierto hijito?, le pregunté estirando mi mano para alcanzar la suya.
- Por supuesto que no mamá, esta vez seré un buen hijo, me respondió mientras colocaba una de sus rodillas sobre la cama e inclinaba su cuerpo hacia mí.
Enseguida “X” comenzó a lamer y acariciar mi tetas, las apretaba y chupaba mis pezones alternadamente. Yo estaba extasiada y mi entrepierna completamente empapada.
Luego de un rato tomé el calzón y se lo metí en su boca, me levanté y tendí a mi hijo en la cama.
- Aún queda lechita para mamá? Le pregunté mientras bajaba su pantalón.
Como tenía la boca llena no pudo responderme, así que solo asintió con la cabeza. Luego bajé su calzoncillo hasta los tobillos y comencé a jugar con su erecto pene. Lo lamí desde la base hasta la punta, como si fuera un helado.
Enseguida me metí su bolas en mi boca, mientras lo masturbaba. No pasaron muchos minutos para que comenzara a estremecerse de placer, hasta acabar con una generosa descarga de leche, claro que como anteriormente había acabado sobre mi calzón, la cantidad de semen fue menor.
Por mucho que lo había deseado y esperado, no podía creer que estuviera en tal situación, con el morbo de tener en mi boca el semen de mi propio hijo. Sencillamente alucinante y demencial, pero debía gozar el momento.
- Hjito, quieres comerle el culito a mama?, le pregunté mientras me desabrochaba el pantalón.
- Claro que si mamá, voy a devorarlo!
Quedé completamente desnuda frente a la mirada lasciva de “X”. Me subí a la cama y coloqué mis pies a un costado de su cuerpo y estando de pie sobre él, me agarraba firme las nalgas para exhibirle mi culo y calentarlo más de lo que estaba.
- Agáchate mamá que quiero comerte el hoyo!, me lo pedía ansioso.
Separé mis nalgas y lentamente me fui agachando hasta que mi rajita quedó justo a la altura de su boca. Su lengua traviesa me causaba demasiado placer, pero al estar en cuclillas hizo que mis piernas se cansaran, así que decidí sentarme sobre su cara, dejando caer mi trasero sobre él.
- Hace cuanto deseabas comerte el culito sucio de mamá?... Yo hace mucho que quería estar así contigo… y lo mejor de todo es que ahora podremos hacerlo siempre que queramos, hijto.
Mi hijo estaba entretenido lamiendo mi ano y degustando el juguito que chorreaba desde mi vagina, así que no tuvo oportunidad de responderme nada.
Pasaron largos minutos, hasta que comencé a tener mi orgasmo. Aún recuerdo como restregué mi culo por la cara de mi hijo, extasiada, convulsionando de placer. Fue uno de los más placenteros orgasmos que he tenido, talvez por que fue mi hijo quien lo provocó.
Luego de eso, quedé tendida sobre la cama, “X” se levantó y separó mis piernas para limpiar con su lengua la cremita que salía de mi vagina. Fue muy morboso ver a mi hijo lamer y tragarse mis fluidos.
Una vez que recuperé el aliento me levanté y le pedí a “X” que me esperara, ya que iría por un vaso de agua y volvía. Al salir de la habitación, el pasillo estaba oscuro y sorpresivamente me encontré a mi hija tendida en el suelo, con los pantalones abajo y masturbándose. Ella solo me miró y me giño el ojo, yo le sonreí y luego bajé a la cocina.
Cuando subí, mi hija ya no estaba en el pasillo y de inmediato pasó por mi cabeza que estaba con su hermano, pero al entrar en su habitación solo estaba él.
Me senté en la cama y comencé a platicar con mi hijo, explicándole muchas cosas, finalmente cerramos el asunto con un tierno beso en los labios, dejando las puertas abiertas a una nueva etapa en nuestra relación madre-hijo y por qué no decirlo, madre-hijo-hija, pero eso ya es otra historia…
8 years ago
Espero me puedas aceptar
Se siente la emocion y calentura al leerlo
Aun cuando yo no haria eso supongo, me sumo a los dichos: tu hijo tiene mucha suerte jjajaj
Ni te cuento como me dejaste la verga de dura y chorreante al describirme como dejas tus calzones... me dejas loco Cata... LOCO!! XD
Me panel mientras lo leo, también cuando los vuelvo a leer, y cada vez que lo recuerdo...
Gracias por leerlos
Saludos!