La de riverside
Córtame el pelo corazón
Siempre me ha gustado Doña Sandra; la mama de Rafael un amigo del futbol y los tragos y bueno lo que me atraen son sus enormes tetas y su culo descomunal, ella es gorda pero en sus caderas y tetas esta la mayor parte, su trasero no solo es grande, es enorme, eso desata las burlas y chistes de la gente. Sus piernas son gruesotas, cuando camina su culo y sus tetotas se mueven delicioso, a mí me excita de sobremanera y desde que la conocí fantasee con esa mujer, lo que sucedía era que ella tenía marido y yo estaba aún muy chico como para despertar algún sentimiento de parte de ella; ahora ronda los cuarenta y me gusta más, se dedica a coser en su casa y a atender a sus dos hijos: rafa y Vanesa la niña chiquita. Precisamente el recorrido diario que hace hasta el colegio en las mañanas fue lo que me permitió acercarme sin que Rafa tuviera sospecha alguna y bueno a mí me da un poco de pena que se den cuenta que me gustan las gordas, mis novias han sido delgadas y más jóvenes que yo. Doña Sandra solo usa leggins, sudaderas, tenis, no se recoge el cabello crespo tinturado de rubio y rara vez se maquilla, usa calzones grandes pero no se da cuenta que su enorme culo y tetas no pasan desapercibidas y los labios de la vagina se le marcan y se nota mucho esa cuca gorda y abierta, ninguna blusa puede atajar sus tetas, para muchos y muchas es una gorda deforme pero para mí es la culminación de mis deseos. Como pasaba todos los días por las mañanas la familiaridad de ser el amigo de su hijo paso a ser una pequeña amistad, a veces cuando volvía hablábamos un rato, no le quitaba la mirada de sus ojos color de miel y su cara redonda pero apenas se iba le morboseaba ese culo, no me atrevía a decirle nada pero después de terminar con una relación de un año solo podía pensar en ella; alguna vez le dije que me gustaban gorditas pero que ninguna me paraba bolas, sonrió y cambio de tema pero eso me animo y fue el invierno el que me dio una manito… Mantenía pendiente de la hora a la que pasaba con la niña, comenzó a lloviznar antes de que pasara por mi casa, aliste una sombrilla por si acaso y resultó, venían apuradas, le brinde la sombrilla y le dije que iría por la tarde a su casa para recogerla porque me tenía que ir y que no importaba porque tenía otra sombrilla, cerré la casa y cuando volvía del colegio la vi por entre la cortina, ella miro hacia la casa como por reflejo y no sé pero me pareció que me buscaba. Esa tarde llegue a eso de las tres, sabía que no había nadie, la niña era recogida por el exmarido de ella y la traían hasta la noche y Rafa estaba lejos trabajando en una obra; entre sin más porque la puerta permanecía abierta, la maquina queda ubicada en la sala y le gusta la brisa. La salude y me ofreció un jugo, me senté y nos pusimos a hablar pero esta vez me dedique a verle los pechos que parecían un tsunamien ese escote que pocas veces le había visto. Sin preguntarle hablo de su exmarido- ese hijueputa que me dejo por una peladita, una perra busconcita. Me gustan las mujeres groseras que hablen como verduleras no sé pero me excita en sobremanera; ella siguió arreando la madre hasta que me pregunto: mijo porque me mira tanto las tetas?. Ahí aproveche – es que usted me gusta mucho, lo de la sombrilla es una excusa. Ella intentó como reírse pero se hizo la digna, recogió el vaso y se fue a la cocina a lavarlo y entonces le pregunte por el baño y me señalo el fondo, yo no fui al baño, lo tenía parado y casi me dolía contra el pantalón, me le hice al lado mientras ella hacia que lavaba el vaso –Doña Sandra usted es muy bella. Le dije y le roce el hombro con la mano, ella se volvió a mí: - usted es muy malparido, no ve que soy la mama de su amigo. Ella pensaba que le iba a hablar de amores y ahí me arriesgue y le di un beso tomándola de la cintura, me cacheteo pero no me quito las manos – Que putas quiere de mí? La bese otra vez agarrándola fuerte de las caderas y le sobe mi verga, me separe y le dije que no era para que nadie supiera –yo la respeto pero me gusta, porque no se deja llevar?, ya le dije, nadie va a saber. Se quedó muda, amague con irme pero me devolví y me la goce como hace rato no se la gozaban y por un segundo le pase el dedo por la cuca y ella tembló. – Me tengo que ir, mañana no hay nadie en la casa y podemos tomarnos un tinto y hablar de esto. Ella me dijo adiós. Esa noche no pude dormir pensando en si podría culiarme a esa mujer. Sin más adornos debo decir que ella paso con la niña, nos saludamos y me dijo que tuviera el café caliente, eso me éxito, de solo recordar esa arrechera se me para mientras escribo. La espere en la puerta, estaba recién bañado y con las bolas rasuradas, apenas entro cerré la puerta a y me le fui encima, la bese, me correspondio y luego me separo – estamos solos?. Le conteste que sí y por toda la mañana. Nos besamos y se dejó acariciar ese culo, no me importa la celulitis solo el tamaño. - Aquí nos ven, vamos a un cuarto. La lleve de la mano al cuarto de mi mama, eso la ****** un poco, pero no deje que dijera nada, le quite rápidamente la blusa y le saque las tetas por encima del brassier, se las chupe como un becerro hambriento, eso le gusto a decir por sus suspiros, entonces nuevamente me aparto de un golpe y se volvió a acomodar las tetas, pero antes de que se fuera me hice en la puerta, me quite la pantaloneta y fui muy claro - no nos quedemos con las ganas, quien sabe cuándo vuelva a pasar -papi hace mucho no tengo relaciones, no pensé que quisiera culiarme hoy -pero quiere culiar conmigo?. Le pregunte, -entonces hagámoslo. Las mujeres se cohíben mucho porque sienten inseguridades así que hay que insistir, me le acerque e intente bajarle la sudadera, ella no me dejo, así que la bese en el cuello y le dije: -usted quiere miamor, usted me gusta tanto que deje a mi novia por usted, no puedo pensar en otra mujer. Y le acaricie el chocho, ella nuevamente me separo y cuando pensé que no iba a pasar nada se desabrocho el brassier y me dijo tocándose las tetas: quiere papacito?, venga y come Era una guarra como dicen los españoles, rápidamente le quite los zapatos, le bese los pies, le quite la sudadera y le lamí la chocha por encima de los calzones, se los quite y sin más se lo metí en esa cuca amplia y húmeda, no se trataba de hacer poses, ni mamarle el gallo o ponerla chupar verga, se trataba de culiar, de poseerla y ella también quería que me la comiera. La clavaba y le comía las tetas, se las estrujaba, la besaba como si quisiera ahogarla y ella en un momento se le escapo esta frase - que arrechera tan hijueputa!. Yo le dije jadeante -dígame más, eso me me pone caliente y ella se despachó - me gusta la verga, culieme así, pártamela, rico papi… A pesar que las veteranas con hijos no tienen el chocho apretado la abundancia de sus jugos lo dejan clavarlas a uno duro y sin lastimarlas. Le levante las rodillas, me arrodille y se lo metí todo, casi hasta las bolas y me derrame muy dentro de ella, no sé si ella llego al clímax pero su sudor, sus quejidos, sus groserías y su cuca chorreada me decían que había quedado bien culiada. Nos abrazamos, ella con sus brasotes me sumergió en sus pechos -Vamos a seguir viéndonos? Le dije que sí, me dio un pico, se limpió lo que pudo, se vistió y se fue. Obviamente esto no es el final, habíamos encontrado uno en el otro lo que siempre habíamos buscado en una pareja, desde entonces hacemos todo tipo de locuras, las que ire contando.
Siempre me ha gustado Doña Sandra; la mama de Rafael un amigo del futbol y los tragos y bueno lo que me atraen son sus enormes tetas y su culo descomunal, ella es gorda pero en sus caderas y tetas esta la mayor parte, su trasero no solo es grande, es enorme, eso desata las burlas y chistes de la gente. Sus piernas son gruesotas, cuando camina su culo y sus tetotas se mueven delicioso, a mí me excita de sobremanera y desde que la conocí fantasee con esa mujer, lo que sucedía era que ella tenía marido y yo estaba aún muy chico como para despertar algún sentimiento de parte de ella; ahora ronda los cuarenta y me gusta más, se dedica a coser en su casa y a atender a sus dos hijos: rafa y Vanesa la niña chiquita. Precisamente el recorrido diario que hace hasta el colegio en las mañanas fue lo que me permitió acercarme sin que Rafa tuviera sospecha alguna y bueno a mí me da un poco de pena que se den cuenta que me gustan las gordas, mis novias han sido delgadas y más jóvenes que yo. Doña Sandra solo usa leggins, sudaderas, tenis, no se recoge el cabello crespo tinturado de rubio y rara vez se maquilla, usa calzones grandes pero no se da cuenta que su enorme culo y tetas no pasan desapercibidas y los labios de la vagina se le marcan y se nota mucho esa cuca gorda y abierta, ninguna blusa puede atajar sus tetas, para muchos y muchas es una gorda deforme pero para mí es la culminación de mis deseos. Como pasaba todos los días por las mañanas la familiaridad de ser el amigo de su hijo paso a ser una pequeña amistad, a veces cuando volvía hablábamos un rato, no le quitaba la mirada de sus ojos color de miel y su cara redonda pero apenas se iba le morboseaba ese culo, no me atrevía a decirle nada pero después de terminar con una relación de un año solo podía pensar en ella; alguna vez le dije que me gustaban gorditas pero que ninguna me paraba bolas, sonrió y cambio de tema pero eso me animo y fue el invierno el que me dio una manito… Mantenía pendiente de la hora a la que pasaba con la niña, comenzó a lloviznar antes de que pasara por mi casa, aliste una sombrilla por si acaso y resultó, venían apuradas, le brinde la sombrilla y le dije que iría por la tarde a su casa para recogerla porque me tenía que ir y que no importaba porque tenía otra sombrilla, cerré la casa y cuando volvía del colegio la vi por entre la cortina, ella miro hacia la casa como por reflejo y no sé pero me pareció que me buscaba. Esa tarde llegue a eso de las tres, sabía que no había nadie, la niña era recogida por el exmarido de ella y la traían hasta la noche y Rafa estaba lejos trabajando en una obra; entre sin más porque la puerta permanecía abierta, la maquina queda ubicada en la sala y le gusta la brisa. La salude y me ofreció un jugo, me senté y nos pusimos a hablar pero esta vez me dedique a verle los pechos que parecían un tsunamien ese escote que pocas veces le había visto. Sin preguntarle hablo de su exmarido- ese hijueputa que me dejo por una peladita, una perra busconcita. Me gustan las mujeres groseras que hablen como verduleras no sé pero me excita en sobremanera; ella siguió arreando la madre hasta que me pregunto: mijo porque me mira tanto las tetas?. Ahí aproveche – es que usted me gusta mucho, lo de la sombrilla es una excusa. Ella intentó como reírse pero se hizo la digna, recogió el vaso y se fue a la cocina a lavarlo y entonces le pregunte por el baño y me señalo el fondo, yo no fui al baño, lo tenía parado y casi me dolía contra el pantalón, me le hice al lado mientras ella hacia que lavaba el vaso –Doña Sandra usted es muy bella. Le dije y le roce el hombro con la mano, ella se volvió a mí: - usted es muy malparido, no ve que soy la mama de su amigo. Ella pensaba que le iba a hablar de amores y ahí me arriesgue y le di un beso tomándola de la cintura, me cacheteo pero no me quito las manos – Que putas quiere de mí? La bese otra vez agarrándola fuerte de las caderas y le sobe mi verga, me separe y le dije que no era para que nadie supiera –yo la respeto pero me gusta, porque no se deja llevar?, ya le dije, nadie va a saber. Se quedó muda, amague con irme pero me devolví y me la goce como hace rato no se la gozaban y por un segundo le pase el dedo por la cuca y ella tembló. – Me tengo que ir, mañana no hay nadie en la casa y podemos tomarnos un tinto y hablar de esto. Ella me dijo adiós. Esa noche no pude dormir pensando en si podría culiarme a esa mujer. Sin más adornos debo decir que ella paso con la niña, nos saludamos y me dijo que tuviera el café caliente, eso me éxito, de solo recordar esa arrechera se me para mientras escribo. La espere en la puerta, estaba recién bañado y con las bolas rasuradas, apenas entro cerré la puerta a y me le fui encima, la bese, me correspondio y luego me separo – estamos solos?. Le conteste que sí y por toda la mañana. Nos besamos y se dejó acariciar ese culo, no me importa la celulitis solo el tamaño. - Aquí nos ven, vamos a un cuarto. La lleve de la mano al cuarto de mi mama, eso la ****** un poco, pero no deje que dijera nada, le quite rápidamente la blusa y le saque las tetas por encima del brassier, se las chupe como un becerro hambriento, eso le gusto a decir por sus suspiros, entonces nuevamente me aparto de un golpe y se volvió a acomodar las tetas, pero antes de que se fuera me hice en la puerta, me quite la pantaloneta y fui muy claro - no nos quedemos con las ganas, quien sabe cuándo vuelva a pasar -papi hace mucho no tengo relaciones, no pensé que quisiera culiarme hoy -pero quiere culiar conmigo?. Le pregunte, -entonces hagámoslo. Las mujeres se cohíben mucho porque sienten inseguridades así que hay que insistir, me le acerque e intente bajarle la sudadera, ella no me dejo, así que la bese en el cuello y le dije: -usted quiere miamor, usted me gusta tanto que deje a mi novia por usted, no puedo pensar en otra mujer. Y le acaricie el chocho, ella nuevamente me separo y cuando pensé que no iba a pasar nada se desabrocho el brassier y me dijo tocándose las tetas: quiere papacito?, venga y come Era una guarra como dicen los españoles, rápidamente le quite los zapatos, le bese los pies, le quite la sudadera y le lamí la chocha por encima de los calzones, se los quite y sin más se lo metí en esa cuca amplia y húmeda, no se trataba de hacer poses, ni mamarle el gallo o ponerla chupar verga, se trataba de culiar, de poseerla y ella también quería que me la comiera. La clavaba y le comía las tetas, se las estrujaba, la besaba como si quisiera ahogarla y ella en un momento se le escapo esta frase - que arrechera tan hijueputa!. Yo le dije jadeante -dígame más, eso me me pone caliente y ella se despachó - me gusta la verga, culieme así, pártamela, rico papi… A pesar que las veteranas con hijos no tienen el chocho apretado la abundancia de sus jugos lo dejan clavarlas a uno duro y sin lastimarlas. Le levante las rodillas, me arrodille y se lo metí todo, casi hasta las bolas y me derrame muy dentro de ella, no sé si ella llego al clímax pero su sudor, sus quejidos, sus groserías y su cuca chorreada me decían que había quedado bien culiada. Nos abrazamos, ella con sus brasotes me sumergió en sus pechos -Vamos a seguir viéndonos? Le dije que sí, me dio un pico, se limpió lo que pudo, se vistió y se fue. Obviamente esto no es el final, habíamos encontrado uno en el otro lo que siempre habíamos buscado en una pareja, desde entonces hacemos todo tipo de locuras, las que ire contando.
9 months ago