Dedo para el moro 2

Bien, pues aquí la actualización de como acabó la historia con mi vecino marroquí.
Durante la cuarentena nos escribimos algunas veces mandándonos fotos guarras y algunos mensajes donde Ikram me exigía verme a través de la ventana tocándome.Algunas veces hasta se asomaba algún otro marroqui compañero de piso a los cuales los apartaba rápido y con los que me amenazaba que sería follada por todos.
Pasado el encierro y habiendo horarios para salir me di cuenta de que no sabia nada de el por dias, ni siquiera salia al balcón, asi que pensé que se había cansado de mi y lo dejé pasar.
Cual fue mi sorpresa cuando pasados 3 meses entro a comprar pan en un bazar arabe de mi barrio y le encuentro alli, entre 5 marroquies mas hablando a gritos. Os podéis imaginar mi cara y la suya cuando nos vimos, obviamente yo me puse nerviosa por su sonrisa nada buena y su mirada lasciva. Le pregunte que como le había ido y me dijo que había tenido que irse del piso porque su primo se había contagiado y se marcharon a otro lugar, le dije que me alegraba de verle y me fui.

Lo mejor de todo fue que casi llegando a mi casa escuche a alguien decir con acento arabe " vecina, vecina" y al girarme vi que era Ikram caminando a paso rápido y haciendo señales de que parase .
Ahí mi coño se despertó , el moro quería chocho y yo se lo iba a dar. Se ofreció a acompañarme a casa y al llegar al portal solo le dije "sube".
Subimos las escaleras en silencio donde escuchaba su respiración fuerte y una vez dentro del piso, nada mas dejar el pan sobre la mesa se me lanzó a agarrarme las tetas como un loco y a meterme la lengua hasta la garganta. Me besaba y tocaba como desesperado y en menos de dos minutos ya se estaba bajando la bragueta de la que sacó un rabo bastante gordo y marrón.
Me bajó los pantalones estando aun de pie y empezó a meterme un dedo muy rápido y con prisa .Le dije que iba a buscar un preservativo y que me esperase en el sofa.
Al llegar a mi cuarto y agarrar el condón senti las manos de Ikram agarrandome de la cintura y la cabeza empujandome fuerte a ponerme apoyada sobre la cama. Recuerdo su respiración, parecía un perro.
Solo me dio tiempo a decir " Toma, ponte..." Empezó a meterme su polla de una forma tan brusca que me volvió loca, me aplastó contra el colchón la cara y empezó a dar embestidas dolorosas pero a la vez tan placenteras que no podia pedir que parase, lo único que podía hacer era gemir. Durante 3 o 4 minutos no paró el ritmo y me mantuvo bien agarrada de la pelvis mientras me la metía sin parar hasta que se quedo clavando muy profundamente su polla dentro de mi, y pude sentir como el cabrón se estaba corriendo como un caballo.
Al sacar su polla me miró y me escupió con desprecio, me había usado y me gustaba sentirme asi.
Ikram y yo quedemos mas veces, siempre hacía lo mismo, me follaba rápido, se corría y se iba sin mas.