Milagros 4

Milagros 4
Me apetecía ir a la playa así, quedé con ella y fuimos a la Cala Morisca cerca de Sitges que es una cala que solo se puede acceder en coche y hay que pagar por aparcar, por lo que hay poca gente y muchos de los van allí hacen nudismo pero no es obligatorio.
Bajamos por unas empinadas escaleras y nos pusimos en una esquina de la playa, ella llevaba puesta iba en topless con una braga amarilla que le marcaba los labios y luego cambió por un tanga azul para que no dejase marcas de sol, pero como vió que casi todos estábamos desnudos acabó quitandoselo y se quedó en pelotas, sus carnes estaban un poco flácidas pero a ella no le importaba exhibirse.
Nos tumbamos en unas toallas y pusimos la sombrilla para tener un poco de intimidad uno frente al otro y comencé a acariciarle la mejilla, la boca y los labios y a darle besitos mientras agarraba mi miembro en su mano que iba creciendo por momentos, estábamos hablando pero todo mi cerebro lo tenía en el pene y solo pensaba en como meterme en aquel coño .
Me relajé para que bajase la erección y al rato nos metimos en el agua, jugamos un poco y le acaricié la rosa, ella abrió la piernas para facilitarme el acceso y me coloque tras ella, agarrándola por las mamellas y le abrí el chocho con los dedos índice y anular y con el dedo corazón le tocaba el clítoris, pero con cierta discreción pues no queríamos dar un espectáculo.
Al salir del agua nos secamos, y nos aplicamos crema por todo el cuerpo, me puse muy empinado y me di la vuelta para que me pusiese por la espalda y se me bajase un poco la trempera, luego seguí con ella, le dí crema por delante, se dió la vuelta ,estaba boca abajo y cuando llegue a su a la zona lumbar bajé por su culo y por el interior de las piernas y le estuve acariciando los labios, casi sin darse cuenta, siguiendo un instinto natural puso su culito en pompa, y le metí el dedito del amor en el delicioso túnel, fué un metesaca del dedo rápido pero intenso.Aquel culito me quería decir algo, me estaba buscando, tenia un deseo en la piel, pero lo dejaría para otro día.
Permanecimos un rato tomando el sol y nos fuimos hacia el coche que se encontraba en una zona de sombra del parking y hay un pequeño bosque,sin urbanizar, puse en el coche con el parasol y nos sentamos y allí pude poner fin a mi exquisito tormento.
La senté a horcajadas sobre mi y ella agarró mi verga para hundirla en su sexo y comenzó a moverse, a calvalgarme, yo le sujetaba las tetas que se movían sin freno y le masajeaba los pezones con los pulgares y luego metí mi cabeza entre sus pechos, sobandolos y mordiendo los pezones, hasta que ocurrió el final feliz.
Yo era su caballito y ella la amazonas que me cabalgaba.
Fue el bonito final de una travesura de verano.