Mi mami Clara, mi hermana Alondra y yo, Samantha.
Cuando mamá se fue a México por la enfermedad de su tío y nos dejó en Aguascalientes, mi padrastro no solo se conformó con follarse a mi hermana sino que también me quiso follar a mí... y lo logró.
Relato: Soy Samy y me encanta la vida. Mi hermana Alondra y yo desde que recuerdo siempre hemos sido inseparables. Hemos ido siempre a los mismos colegios y a las mismas actividades. Y aunque mi hermana (8 de sept. de 1989) es 3 años mayor que yo (17 de agosto de 1992), la edad nunca fue motivo de separación entre nosotras si no todo lo contrario, pues al ser yo la menor mi hermana siempre me cuido y protegió. Desde pequeñas crecimos sin la figura paterna pues según explicaciones de mi madre, mi padre nos abandonó teniendo mi hermana tan solo 4 años y yo 1. Creo que la ausencia de un padre fue el principal motivo para que mi madre buscara a un hombre con quien rehacer su vida y lo más importante: su familia. Fue así que conoció a M. un tipo acostumbrado al trabajo duro y pesado, que a pesar de su carácter enérgico con mi madre, a nosotras desde un principio nos trato muy bien. En fin, M. y mi madre vivían juntos y aunque tenían sus problemas, siempre salieron adelante.
Mi hermana y yo siempre fuimos dos adolescentes sanas. No fumábamos ni tomábamos. Y creo que esto ayudó mucho a que mi mamá se sintiera orgullosa y despreocupada. Mi hermana, de tez morena clara, tenía una figura de mujer muy destacada, senos hermosos y firmes, caderas ensanchadas, piernas largas y bien formadas, tanto así que llamaba la atención de mi mismísimo padrastro pues varias veces le pille mirándole las nalgas pero nunca pensé que pasaría nada.
Yo, era una muchacha en desarrollo que si bien no tenía la figura de mi hermana, tampoco me quedaba atrás. Desde que mi padrastro se había fracturado la pierna y mi madre se había ido un tiempo con su tío que estaba enfermo, Alondra era la encargada de irle a ayudar, antes de dormir y al despertar, a cambiarse sus vendas y sus cremas. Ahora que ya estaba mejor, esto se seguía repitiendo de vez en cuando pues como solía decir mi padrastro, no estaba de más un buen masaje en la pierna de vez en cuando para reponerla al 100%.
Mi hermana por lo general iba los viernes en la noche con amigas y yo la esperaba despierta en mi habitación. Pero un viernes que me sentía muy cansada no pude esperarla y terminé durmiéndome. Cuando desperté en medio de la noche, angustiada supongo yo por haberme quedado dormida y no haber esperado a mi hermana, noté que la cama de ella estaba vacía y más que extrañarme me preocupo mucho así que decidí ir a buscarla. Salí de la habitación, hacía mucho frío en aquél diciembre y que poco evitaba la ligera playera larga que usaba de pijama, y justo al pasar por la habitación de mi padrastro, llamó mi atención una serie de suspiros femeninos que nunca antes había escuchado. Me quedé quieta tratando de no hacer ningún ruido y de agudizar mi oído para escuchar mejor y un enorme gemido me hizo irme casi de espaldas. Como pude mantuve el equilibrio y preste la mayor atención posible a los ruidos que provenían de esa puerta cerrada que pertenecía a la habitación de mi padrastro. La curiosidad me mataba cuando el ruido ceso y solo el silencio hacía acto de presencia. No tuve de otra más que irme a mi cuarto a esperar despierta a que mi hermana volviera. Una vez en mi cama toda clase de pensamientos corrían por mi mente. Imaginaba de todo pero no me atrevía a asegurar.
Cuando estaba a punto de volver a caer dormida, escuché cómo la puerta de mi padrastro se abría. Cerré los ojos e intente hacerme la dormida. Aguardé unos segundos así, en silencio hasta que no pude más e intentando ver que era lo que sucedía medio abrí un ojo y vi dos siluetas en la entrada de la habitación. Apenas y pude adivinar de quienes se trataba.
-Está dormida lo ves?- Decía la voz inconfundible de mi padrastro.- Te dije que no había de que preocuparnos. Anda vamos a mi habitación...
Acto seguido escuché el sonido de un beso e involuntariamente abrí los ojos encontrándome con la sorpresiva imagen de mi padrastro y mi hermana fundidos en un apasionado beso. Quise gritar pero sabía que me delataría yo sola. Además poco podría hacer ante tal situación. Al poco tiempo los dos se fueron y no volví a dormir hasta que, cuando entraban los primeros rayos de sol, escuche a mi hermana entrar en la habitación y meterse a su cama.
Ahora entendía todo. Si bien me había quedado más que claro el que mi hermana y mi padrastro eran amantes, también me había enterado de que mi hermana solía dormir todas las noches con él y por la mañana iba al cuarto a hacerse la dormida para no levantar sospechas. Ya después no pude ni dormir, tan solo pensar en lo que mi hermana y mi padrastro andaban haciendo me hacía sentir mal.
Quería decírselo a mamá pero no sabía como afectaría a la familia ni tampoco sabía cual sería la reacción de mi hermana y mi padrastro si se enteraban de que yo los había descubierto, así que preferí guardar silencio.
Las siguientes noches ya no dormí igual. Me hacía la dormida hasta que mi hermana salía rumbo a la habitación de mi padrastro y de ahí en adelante me levantaba llena de curiosidad a escuchar los ruidos que hacían los dos en la habitación. Llegué a escuchar de todo, desde gemidos de placer hasta maldiciones y golpes que parecían ser nalgadas. A mi hermana parecía gustarle mucho pues si bien en ocasiones se quejaba siempre terminaba yéndose a dormir con él.
Todos los días, el comportamiento de ellos era más que reprochable. Cualquiera hubiera jurado que se trataba de la común relación padre-hija. Cualquiera menos yo.
Transcurrió el tiempo y llegó lo inevitable. Mi hermana estaba embarazada. Por supuesto que ambos intentaron encubrirlo. Decían que mi hermana se había embarazado de un chico y que éste se había ido huyendo. Cualquiera les creía pero yo sabía perfectamente de quien era el bebe. Por ahí del tercer mes de embarazo de mi hermana, ésta se puso muy sentimental y de todo se m*****aba.
Al fin presencie la primera pelea de ella con mi padrastro. Al parecer ninguno de los dos se atrevía a decirse las cosas tal y como eran. Supongo yo por saber de mi presencia. Pero con el tiempo mi hermana se volvía más y más descarada con sus sentimientos hacia mi padrastro, a tal grado que un domingo en la mañana cuando todos desayunábamos, mi padrastro me preguntó porque no tenía novio si estaba muy bonita. Mi hermana de inmediato como si le hubieran echado una cubeta de agua hirviendo encima, se paró y se fue a nuestra habitación azotando la puerta tras de sí.
Más tarde, cuando escuchábamos música me dijo: -porque no me habías dicho que ya sabes? -Saber que...?- le pregunte tratando de ocultarlo. En eso mi hermana comenzó a llorar y me pidió disculpas. Me dijo, en forma de confesión, que ella tenía mucho tiempo ya teniendo relaciones con mi padrastro. Me dijo que sentía vergüenza conmigo y culpa con mamá e incluso me confesó que mi padrastro la había violado la primera vez y que las violaciones se hicieron seguidas. Tanto así que terminó por gustarle el sexo con él y ahora que lo había probado no quería parar de tenerlo con él. A mi me dejo muy confundida la declaración de mi hermana pero no tuve tiempo de sentarme a pensar pues mi hermana comenzó a sentirse mal y tuvimos que llevarla al hospital.
Pese a que no era grave el estado de mi hermana, el doctor prefirió dejarla unos días más hasta que pasara todo malestar y su estado de salud fuera bueno.
Mi padrastro y yo volvimos a la casa y más tarde cuando me iba a dormir sonó el teléfono. Era el doctor que tenía un recado para mi padrastro, me lo dicto y después decidí ir a la habitación de mi él a decírselo. Apenas estaba en la entrada de su habitación, como por arte de magia se abrió. Era él que iba saliendo justo en ese momento. Extrañado por no haberme encontrado durmiendo me preguntó que era lo que hacía a esas horas en su habitación. Le dije que tenía un mensaje para él y tras darle el papelito y él leerlo, sus ojos se fueron hasta mí. Con su mirada recorría lentamente todo mi cuerpo, incluso me dio la sensación de que me encontraba desnuda frente a él por la manera en que me miraba. Una mano de él fue hasta mi mejilla y me dio una ligera caricia. Yo me quede inmóvil. Después su mano bajo hasta la altura de mis senos y sobre mi pijama me acarició ligeramente uno. Mi reacción no se hizo esperar y de inmediato mis pezones se pusieron duros. Mi respiración se agitó y mi padrastro al notarlo me dijo: -Así que nos has estado espiando eh? No supe qué decir y preferí guardar silencio. -Quieres saber lo que se siente? A tu hermana le gusta mucho sabes? Con su mano siguió explorando mi cuerpo y yo retrocedí hasta topar con la pared. Allí me acarició descaradamente los senos. -Ven, vamos adentro de mi cuarto... Me puso al borde de la cama y comenzó a besar mi cuello. Con su lengua lo recorrió hasta llegar a mis orejas las cuales mordió y beso. Yo sentí una sensación muy agradable. -Que bonito cuerpo tienes... con razón tu hermana se pone celosa.
Con delicadeza me abrió las piernas, se puso de rodillas y levantando mi playera de dormir comenzó a lamerme la conchita a través de la tela de mi panty. -Que rica conchita tienes hija... mucho mejor que la de tu hermanita. Hmm la tuya apenas y tiene pelitos... que rica almejita virgen tienes aquí... hmm- Esa noche me hizo saltar de gozo y lujuria. Sentí llegar al cielo cuando con sus dedos me hacía cariños en la conchita. Duró como media hora comiéndome en medio de mis piernas y jugar con su dedo en la entrada de mi cuevita.
Me dijo: -Ahora es turno de mi bebita... Se paro frente a mí, desabrocho su pantalón y lo dejo caer al suelo dejando a mi vista su imponente verga. -Agárrala con tus manitas y llévatela a la boca...
Delicadamente me enseñó a recorrer su pellejo de arriba abajo y mientras lo hacía abría mi boca lo más que podía y me la metía lamiéndoselo como si se tratara de un enorme helado, cosa que lo enloqueció. De pronto, se apartó de mí bruscamente y me dijo: -Ahora si te voy a hacer mujercita... así como lo hice con tu hermana. Con sumo cuidado me desnudó, me puso a 4 patitas sobre la cama y apoyando su verga en mi hoyito la restregó muchas veces, yo sentía que se humedecía mi cosita. Me la fue enterrando centímetro por centímetro. -Que estrecha eres!! Aahhh.... ábrete un poco más amor...Aaaahhhhhh... abre las piernitas un poco más! De un solo empujón terminó metiendomela hasta el fondo quitándome el aliento. Te voy a enseñar qué chorro de sangre te salió. Y sacando su gran verga vvi como palpitaba y estaba llena de sangre. Había dejado de ser virgen. -Ahora si empieza a moverte putita... aaahhhh no cabe duda de que tu hermana y tú son unas zorras bien hechas. La ofensa me ofendió un poco pero estaba tan caliente que no le di importancia alguna. -Aaahhh que grande la tienes papito rico! sentía como sus huevos rebotaban en mi trasero -Sentía como sus caderas galopaban con las mías y sus manos no paraban de apretarme los pechos. Me sentía sumamente feliz de tener una verga como la de mi padrastro penetrándome la concha por primera vez.- Me estás partiendo papito! Aahhh me estas partiendo pero me encanta!! Aaaahhhhhh Hizo una maniobra asombrosa y recostándose en la cama me dejo encima de su verga como si estuviera montando un caballo. Y yo como hembra en celo me dispuse a cabalgarlo como nunca se lo hubieran hecho antes. -Te gusta así papito? Aahhh te gusta? Hmm te gusta que mi hermana y yo seamos así de putas?- No podía creer lo que decía. El solo gemía apretándome los pechos descontroladamente. De pronto me indicó que me bajara y que se la chupara lo más rápido posible. Así lo hice, como me encanta tu verga papito. mira que venotas tiene. Me volvió a tomar por la cintura y quedé con mi cabeza hacia abajo. El estaba parado y sosteniéndome en el aire, se comía mi conchita a lamidas y mordidas en mi clítoris. Quedé con mis piernas abiertas cuando me acomodó frente a él y me penetraba. yo no alcanzaba el piso pero él me sostenía en el aire. Ya no necesitó pedirme que se se la mamara. Quería yo comerme esa enorme parte de su cuerpo, dura, tiesa y venosa. Comencé a chupar y a chupar y a chupar su verga, ésta exploto impresionantemente. Entre lamida y lamida saboree su exquisito sabor salado que me enloqueció. No cabía duda que pronto me volvería adicta a ese líquido tan sabroso. Espero que él no deje de comerme y morderme mi clítoris y meterme su lengua en mis labios y mi colita.. Esa noche volvimos a follar otras 2 veces más en las que sin pedirme permiso se vació adentro de mí. Lejos de enojarme sentí bonito saber que yo también podría ser mamá algún día.
Ya quería yo dormir. Me doy la vuelta para darle la espalda y cierro los ojos. Intento no moverme, no respirar. Pero no se va a estar quieto. Respira muy fuerte, cada vez más fuerte. me toca por todas partes. Después empieza a besarme por todas partes. Me dejo hacer como una muñeca, sin abrir los ojos. No quiero verlo, pero le oigo respirar. Se ha metido debajo de las mantas y me besa los pies, sube por las pantorrillas hasta las rodillas. Empieza a jadear. ¿No va a salir nunca? Qué sensaciones tengo, siento un hormigueo en todo mi cuerpo. Él sigue a lo suyo. Ya ha llegado a la entrepierna. Yo cruzo las piernas, que ya me sé lo que va después. No dice nada. Usa las manos para separarlas. Ya estamos otra vez en las mismas. Acababa de bañarme. Me da la vuelta, ahora será peor. Esto además duele. Pero no puedo impedirlo. Su verga venosa ahora entra por mi culito, me abre las nalgas. Hago como que no me entero, pero es imposible no gritar, ya se cansará. Al cabo de diez minutos de empellones hace más ruido, otro ruido. Yo hago todo lo que le gusta. Si acaba pronto me dejará dormir, aunque me tendrá atrapada en sus brazos hasta mañana. Hasta que nos despertemos para continuar conociéndonos mejor.'Lo mejor del día es que se acabe, si se acaba'.
Se avergonzó y solo atinó a decirme "voy a cerrar tu culito con mi lengua". Yo sonreí y me di la vuelta, sentí su mirada en mis nalgas y piernas y salió de mí cueva trasera. Fue a bajar la cortina.
Al día siguiente, al salir de mi casa, me dí cuenta que su auto seguía ahí,me puse al resguardo de un árbol, le esperaba, estaba ahí parada con la entrepierna mojada, él me vio y sin atinar a decir nada me tomo por la cintura y comenzó a besarme, yo le dejé su lengua entrar, dejé que las manos de mi "papi" me envolvieran, las sentí en la espalda, sentí como me jalaba el cabello para que su boca me besara el cuello.
Al acercarse a mi oído me dijo bajito…
-es lo que esperabas verdad? Que te besara y te tocará? si eres buena hasta te termino cogiendo aquí mismo lindura.
De mi solo salían gemiditos que solo el alcanzaba a escuchar.
Yo comencé a desabrochar su pantalón, lo tocaba, sentía a tacto lo grande que era y sin pudor alguno le pedí que me la metiera...
-todita, hasta el fondo.
El me tomó de las nalgas y me subió ensartandome con el a****l que tenía ya bien erecto y listo para hacerme suya, con movimientos tan sincronizados, que cualquiera hubiera envidiado, me fue llevando al clímax hasta venirse y llenarme con todo su semen sin dejar que nada saliese de ahí, yo, por su parte, al sentir esa descarga llegué al orgasmo una vez más.
Sin más palabras nos separamos y con un beso de agradecimiento subió a su auto y fue a trabajar y yo al CEBETIS donde estudio.
Por la tarde, al llegar de la escuela, antes de cogerme, él me desvestía y de la nada yo tenía unas enormes y hermosas tetas que me hacían lucir muy femenina. Él las acariciaba, las chupaba y jugaba con ellas, y a pesar de no saber de dónde habían salido, yo disfrutaba de hacer feliz a mi hombre. Me ponía a chupárselo en cuclillas frente a él, y yo ponía su pene en medio de mis tetas para poder chupar sólo la punta. Él se venía parte en mi boca y parte en mis tetas. Deseo saber que hice todo de mi parte para reventar su dura verga y con la necesidad de acariciarme hasta hacerme venir para poder volver a dormir en sus brazos.
Hoy por la mañana amanecí con las hormonas vueltas locas y unas ganas de verga que no podía esperar para encontrarme con mi hombre. El día en la escuela se me hizo eterno y al llegar a casa corrí al clóset para ponerme la tanga más pequeña que encontré, una de esas que no dejan nada a la imaginación y le envié una foto diciéndole que estaba ansiosa por sentirlo dentro de mí. Él me escribió que estaba en camino a mi casa, con la verga bien dura y con ganas de hacerme gemir de placer, y así pasó. Unas horas más tarde estaba a mi puerta. Lo recibí con una bata y unos tacones y en cuanto cerró me arrojé con todo a desvestirlo y besarlo como una loca.
Ya es común que comencemos así; primero nos besamos, lo voy calentando mientras me bajo y le doy unas lamidas a su pene antes de meterlo por completo en la boca y empezar a mamarlo como si fuera un biberón. Mientras lo hago él agarra mis nalgas y las separa para acariciarme despacito el ano, luego le escupe y mete su dedo despacio pero profundo. Le pregunté si quería terminar de una vez y me dijo que no, que estaba ahí para metérmela en el culo. Me puso de espaldas a él y me la dejó ir hasta el fondo.
Siempre que me está cogiendo, me excita mucho la idea de pensar en lo que estamos haciendo: que él está engañando a su mujer que es mi mami Clara y yo a mi novia que es Alondra mi hermana y también su hija. Que le he dado mejor sexo que su mujer en muchos años y que poco a poco somos más cercanos e íntimos. Siempre que tengo su verga dentro me gusta portarme muy sumisa y obediente. Me gusta sentirme sometida y que él me diga todo lo quiere que le haga o dejarle hacer lo quiera con mi cuerpo. Me siento suya. Me pidió que me volteara boca arriba y viéndolo a la cara le platiqué a detalle mi sueño; lo de mis tetas enormes y cómo él las disfrutaba y se las comía y él me pidió que no dejara de contarle hasta casi a punto de terminar. Entonces me la sacó y por su expresión pude deducir que no le faltaba mucho, entonces lo acosté y en menos de tres mamadas de mis labios, sentí una explosión caliente dentro de mi boca. Me atragantó de semen y en ese momento no supe qué hacer, si escupirlo o tragarlo, entonces saqué su pene de mi boca y jugué un poco con su leche en mi lengua antes de tragarlo.
"Qué rica lechita, mi amor" le dije, y después le di un par de chupadas más a su verga antes que se pusiera completamente blanda. Él me preguntó si me había gustado y le respondí que sí, que me enloquecía que terminara en donde él quisiera hacerlo, ya sea en mi boca, en mi cuerpo o dentro de mí.
Es extraño el rumbo que toman las cosas. Hace unos meses no pensé que volvería a sacar del clóset a mi versión femenina y sumisa, para tener sexo frecuente con un hombre maduro, quien además es hombre de mi madre y papá de una mujer con la que tengo una relación que es mi hermana, y menos que ese hombre me hiciera sentir tantas cosas que siento en este momento.
Alondra ya en casa, comenzó a tocarme las nalgas, las apretaba y pegaba su cara en mi culo, yo tomaba sus manos y las ponía sobre mis bubis que ella apretaba mientras seguía soltando gemidos. Me jalo de la cadera para sentarme sobre sus piernas dándole aún la espalda y me quitó la blusa para poder tocar mejor mis bubis y besarme el cuello.
Me levanté y me puse frente a ella acercándole mis bubis a la cara, las beso y me chupo los pezones, se levantó de la cama y me hizo sentarme, para darme la espalda y bajarse el short de licra quedando en puro calzón, se sentó en mi pierna para comenzar a frotarse en ella y besarme. Al sentir su calzón tan mojado me calenté mucho, la quite de mi pierna para decirle que se acueste, en cuanto se acostó me abrió las piernas para invitarme, así que me acerque y primero le pasé los dedos sobre el calzón, haciendo un poco más presión en su clítoris, ella seguía gimiendo y apretando sus bubis.
Yo me acerque para besarle las piernas y llegar a su vagina, que estaba muy caliente y húmeda, le di pasones con la lengua sobre el calzón, para después quitárselo y ver que la tenía depilada y muy mojada, me fui directo a lamerle el clítoris, lo chupaba y se lo succionaba mientras le metía un dedo. Ella gemía mucho mientras me decía que le encantaba como le chupaba la vagina.
Me quitó de ahí abajo y me quitó mi short junto con el calzón y me puso a gatas, yo levante bien mi culote para que lo chupara y me tocara todo, TODO!
Me agarró las nalgas y metió su cara en ellas, con su lengua comenzó a chuparme el culo y meterme los dedos por la vagina, la quite para ponerme boca arriba y ella empezó a chuparme el clítoris y se sentía tan bien su lengua caliente en mi clítoris, le dije que ahora se acostara ella porque me sentía tan caliente que quería que terminará, le puse mi culo en la cara para chuparnos al mismo tiempo y así fue, ella me chupaba el clítoris y yo a ella, se lo succionaba y pasaba mi lengua en círculos al rededor hasta que sentí como le salió un chorro de la vagina junto con un gemido fuerte, lo que me indicó que había tenido su orgasmo...
Por aquellas fechas murió mi padrino, un buen hombre, y fuimos a su funeral, eran pasadas las 9 pm y a mí me rugía la tripa del hambre, decidí ir a la tienda, no sin antes pedir permiso, y el hombre de mi de mi madre se ofreció a acompañarme.
De regreso me tomó de la mano y mirándome a los ojos me besó y me dijo "me gustas mucho" quedé pasada y atontada, pero antes de dejarme decir nada me jaló y entre un carro y un árbol y la oscuridad de cómplice comenzó a besarme, primero de una manera tierna abrazándome por la cintura y me deje hacer, pero sus manos comenzaron a bajar, sus besos ahora estaban en mi cuello y mis oídos y sus palabras...
-como es que estás tan rica y tan virgen.
-no debieron dejarte sola conmigo
-acaso todo esto es mío?- yo solo decía que si
Me tomó de las caderas, yo estaba cada vez más asustada, cada vez más excitada, cada vez más empapada, me volteo y me quedé pasmada pero quería más, quería saber que seguía en aquellas circunstancias, en mis nalgas solo lo sentía a el creciendo, sentía su respiración creciendo, y cuando solté un leve gemido llevo su mano izquierda a mi boca y su mano derecha bajo mi blusa buscando mis pechos que al roce de sus dedos se ponían más duros, yo lamía su mano que me callaba, me pare de puntas para que pudiera sentir mis nalgas mejor, me dijo que en silencio llevará su mano a mi boca y la lamiera y así volviendo me a callar, bajo por mi abdomen hasta entrar en mi pantalón, yo sentía su mano acariciándome por encima de mis pantaletas y lo escuchaba más agitado cuando noto toda mi humedad, estaba entre el asombro, la pena, el miedo y la excitación, pasó su mano dentro de mis calzones y comenzó a acariciarme yo gemía despacio y mi voz se ahogaba en su mano.
-abre tus piernitas mamacita.
Obedecí y sentí sus dedos entrar, los movía y yo volaba y gemía y me mojaba, siguió así hasta que no pude más, terminé y llené de mis fluidos virginales su mano, él tampoco pudo más y sentí como se venía dentro de su pantalón, supongo que el haberme hecho suya a su manera lo hizo terminar. Saco los dedos y me dio a probarme de mi misma para luego el de gustarme.
Nos acomodamos, tomamos nuestras cosas del suelo y caminamos, encendió un cigarro y me ofreció, al doblar en la esquina estaba mi madre, apurada, buscándome y ahora enojada por verme fumar.
Había tomado un baño de agua caliente, espuma y un poco de aceite con olor a mandarina. Escuchaba un poco de rock, suave, ligero y entre las palabras de Cerati y las ganas que ardían en mí, me empecé a vestir, una a una las prendas que había seleccionado, lo sentía a él, abrazándome, rozando su piel con la mía, sus dedos deslizándose, quemando cada poro que tocaba, el, con su sola presencia me hace temblar, desde el primer día que lo vi mis orgasmos son muchos.
Tenía la lencería puesta en mí, y sentí como un corrientazo de nostalgia y adrenalina subió por todo mi cuerpo, me tire en la cama, abrí mis piernas y suspire, quería tenerlo encima mío, ahogándome, besándome... cuando reaccione tenia mis dedos dentro de mí, pensando en él, anhelando que fuera su hombría y su olor lo que estuviera dentro de mí, haciéndome suya, gimiendo y pidiendo más.
Una y otra vez, introducía mis dedos, los pasaba por mis senos, mi boca, mis piernas, cerraba los ojos, apretaba mi entrepierna, sudaba... volvía y repetía, metía mis dedos, me retorcía de placer, gemía, gritaba.
Estaba húmeda, mojada de placer, caliente de tanto moverme, y cansada de no tenerlo cerca.
Era un día gris, de lencería blanca, de placer y rock, de orgasmos sin él, de deseo por él. Los dedos olían a mí, pero sabía a él.
Desde el momento que entré en su auto comenzamos a tocarnos y besarnos apasionadamente, sus manos recorrían todo mi cuerpo; las metía debajo de mi blusa para poder tocar mis senos los cuales besaba, jalaba y apretaba con una desesperación como la mía de querer liberar su pene para lograr apreciar esa erección y comenzar a tocar su miembro.
Mientras manejaba yo iba acariciando su pene y el metía sus dedos en mi vagina ya muy húmeda por la situación, afortunadamente no tardamos mucho en llegar a nuestra casa, donde en el momento en que el carro entró en el garaje el me jalo hacia él para sentarme en sus piernas volvimos a besarnos apasionadamente me quito la blusa y el bra dejando a la vista mis senos erectos los cuales comenzó a besar y a pellizcar su mano fue bajando hacia mi cintura para proceder a quitarme la falda de la escuela, dejándome solo con una tanga de color blanco con un encaje transparente, yo me agaché como pude para comenzar a probar ese hermoso pene lo deseaba demasiado pues había estado más de un día queriéndolo. Comencé pasando mi lengua por sus testículos los succioné un poco y se los mordí, eso lo prendió mucho a él, después me dirigí hacia su pene pasando mi lengua desde su base hasta el glande, comencé a mamársela primero lento después más rápido sin importarme que mi cabeza chocara un poco con el volante, el gemía cada vez más, entonces se me ocurrió comenzar acariciar su ano y meterle un dedo se lo movía en círculos, entraba y salía haciendo que el terminará en mi boca llenándome de toda su rica leche la cual tome sin ninguna oposición, estaba deliciosa, me levanté y comencé a besarlo haciéndolo probar los restos de su semen que quedaban en mi boca, el mientras me besaba me quito mi tanguita y me acomodo en el asiento del copiloto para que pudiera alzar las piernas y probar mi vagina toda jugosa hecha un mar de lujuria, el comenzó pasando su lengua por toda mi rajita para después dirigirse a mi ano y terminar en clítoris el cual estaba esperando que llegara, el comenzó a mover su lengua en círculos mientras me introducía dos dedos en mi vagina, yo estaba loca de placer era evidente que ya me venía y entonces comenzó a succionar mi clítoris y mi espalda empezó a arquearse generando un inminente orgasmo.
Su pene volvió a estar erecto, él me dijo que lo cabalgara, no lo pensé ni un momento para sentarme encima de él y colocar su pene dentro de mi vagina uy se sentía riquísimo yo me movía lentamente mientras nos besábamos sus manos recorrían todo mi cuerpo, yo pasaba mis manos por su espalda y abdomen, empezamos a realizar un mete y saca mientras uno movía sus caderas comenzábamos a respirar de manera cortada, nuestras respiraciones se sincronizan hasta que ambos nos venimos en su carro, mi vagina quedo llena de su leche caliente y mi cuerpo desnudo sobre el suyo terminamos de recuperarnos y procedimos a bajarnos del carro, eran tantas las ganas que nos teníamos que ni siquiera llegamos al cuarto, yo decidí bajarme desnuda ya que mi tanguita estaba muy mojada y me pareció mejor llegar a la casa y ponerme una limpia además quería que él apreciara mi cuerpo desnudo, a lo cual él respondió diciéndome lo mucho que le gustaba y que toda la espera había valido la pena.
La verdad yo me sentía insaciable quería más y más de él, así que comencé a quitarle el pantalón lo deseaba otra vez , lo quería en mi vagina llegando a la cama me puse en cuatro y él comenzó a embestirme se escuchaban fuerte y claro nuestros gemidos y el sonido de sus testículos pegando con mis glúteos este hombre y sus embestidas que me daba me tenía loca, él me decía mientras me cogía que era su puta favorita, a mí escucharlo hablar así me ponía mucho más caliente y le decía: quiero que me cojas más duro. Rómpeme!!!
Y así lo hizo hasta que los dos nos venimos (el solo acordarme hace que pare de escribir y comience a masturbarme).
La verdad así nos pasamos todo el fin de semana cogiendo por toda la casa en la azotea, en la cocina, en el comedor, en la sala, en el jardín, en el baño...
De eso se trata darte mi placer aunque no te encuentres cerca. Sentirme tuya con sólo pensarte. Todo lo que tú provocas en mí, lo siento cada vez que llegó al clímax. Ese orgasmo intenso que deja todo mi cuerpo vulnerable al tacto con solo imaginarme que eres tú quien me posee.
Esos movimientos me lleva a verte sobre mi y a gemir exclusivamente para ti. Comienzo trazar el interior de mi vulva y mis dedos sienten cuán mojada estoy. El éxtasis se apodera de mí y mis gemidos aumentan que retumban en mi habitación. Ni tan siquiera me importa si alguien me escucha solo quiero quemarme en la pasión que siento al pensarte. Revivo en mis pensamientos esas noches que solo soy tuya y tú mío. Me dejó consumir por la excitación la cual se calma cuando logro llegar a mi orgasmos que me desgarra desde mi interior y termina en suspirando tu nombre.
Soy tuya cariño.
Relato: Soy Samy y me encanta la vida. Mi hermana Alondra y yo desde que recuerdo siempre hemos sido inseparables. Hemos ido siempre a los mismos colegios y a las mismas actividades. Y aunque mi hermana (8 de sept. de 1989) es 3 años mayor que yo (17 de agosto de 1992), la edad nunca fue motivo de separación entre nosotras si no todo lo contrario, pues al ser yo la menor mi hermana siempre me cuido y protegió. Desde pequeñas crecimos sin la figura paterna pues según explicaciones de mi madre, mi padre nos abandonó teniendo mi hermana tan solo 4 años y yo 1. Creo que la ausencia de un padre fue el principal motivo para que mi madre buscara a un hombre con quien rehacer su vida y lo más importante: su familia. Fue así que conoció a M. un tipo acostumbrado al trabajo duro y pesado, que a pesar de su carácter enérgico con mi madre, a nosotras desde un principio nos trato muy bien. En fin, M. y mi madre vivían juntos y aunque tenían sus problemas, siempre salieron adelante.
Mi hermana y yo siempre fuimos dos adolescentes sanas. No fumábamos ni tomábamos. Y creo que esto ayudó mucho a que mi mamá se sintiera orgullosa y despreocupada. Mi hermana, de tez morena clara, tenía una figura de mujer muy destacada, senos hermosos y firmes, caderas ensanchadas, piernas largas y bien formadas, tanto así que llamaba la atención de mi mismísimo padrastro pues varias veces le pille mirándole las nalgas pero nunca pensé que pasaría nada.
Yo, era una muchacha en desarrollo que si bien no tenía la figura de mi hermana, tampoco me quedaba atrás. Desde que mi padrastro se había fracturado la pierna y mi madre se había ido un tiempo con su tío que estaba enfermo, Alondra era la encargada de irle a ayudar, antes de dormir y al despertar, a cambiarse sus vendas y sus cremas. Ahora que ya estaba mejor, esto se seguía repitiendo de vez en cuando pues como solía decir mi padrastro, no estaba de más un buen masaje en la pierna de vez en cuando para reponerla al 100%.
Mi hermana por lo general iba los viernes en la noche con amigas y yo la esperaba despierta en mi habitación. Pero un viernes que me sentía muy cansada no pude esperarla y terminé durmiéndome. Cuando desperté en medio de la noche, angustiada supongo yo por haberme quedado dormida y no haber esperado a mi hermana, noté que la cama de ella estaba vacía y más que extrañarme me preocupo mucho así que decidí ir a buscarla. Salí de la habitación, hacía mucho frío en aquél diciembre y que poco evitaba la ligera playera larga que usaba de pijama, y justo al pasar por la habitación de mi padrastro, llamó mi atención una serie de suspiros femeninos que nunca antes había escuchado. Me quedé quieta tratando de no hacer ningún ruido y de agudizar mi oído para escuchar mejor y un enorme gemido me hizo irme casi de espaldas. Como pude mantuve el equilibrio y preste la mayor atención posible a los ruidos que provenían de esa puerta cerrada que pertenecía a la habitación de mi padrastro. La curiosidad me mataba cuando el ruido ceso y solo el silencio hacía acto de presencia. No tuve de otra más que irme a mi cuarto a esperar despierta a que mi hermana volviera. Una vez en mi cama toda clase de pensamientos corrían por mi mente. Imaginaba de todo pero no me atrevía a asegurar.
Cuando estaba a punto de volver a caer dormida, escuché cómo la puerta de mi padrastro se abría. Cerré los ojos e intente hacerme la dormida. Aguardé unos segundos así, en silencio hasta que no pude más e intentando ver que era lo que sucedía medio abrí un ojo y vi dos siluetas en la entrada de la habitación. Apenas y pude adivinar de quienes se trataba.
-Está dormida lo ves?- Decía la voz inconfundible de mi padrastro.- Te dije que no había de que preocuparnos. Anda vamos a mi habitación...
Acto seguido escuché el sonido de un beso e involuntariamente abrí los ojos encontrándome con la sorpresiva imagen de mi padrastro y mi hermana fundidos en un apasionado beso. Quise gritar pero sabía que me delataría yo sola. Además poco podría hacer ante tal situación. Al poco tiempo los dos se fueron y no volví a dormir hasta que, cuando entraban los primeros rayos de sol, escuche a mi hermana entrar en la habitación y meterse a su cama.
Ahora entendía todo. Si bien me había quedado más que claro el que mi hermana y mi padrastro eran amantes, también me había enterado de que mi hermana solía dormir todas las noches con él y por la mañana iba al cuarto a hacerse la dormida para no levantar sospechas. Ya después no pude ni dormir, tan solo pensar en lo que mi hermana y mi padrastro andaban haciendo me hacía sentir mal.
Quería decírselo a mamá pero no sabía como afectaría a la familia ni tampoco sabía cual sería la reacción de mi hermana y mi padrastro si se enteraban de que yo los había descubierto, así que preferí guardar silencio.
Las siguientes noches ya no dormí igual. Me hacía la dormida hasta que mi hermana salía rumbo a la habitación de mi padrastro y de ahí en adelante me levantaba llena de curiosidad a escuchar los ruidos que hacían los dos en la habitación. Llegué a escuchar de todo, desde gemidos de placer hasta maldiciones y golpes que parecían ser nalgadas. A mi hermana parecía gustarle mucho pues si bien en ocasiones se quejaba siempre terminaba yéndose a dormir con él.
Todos los días, el comportamiento de ellos era más que reprochable. Cualquiera hubiera jurado que se trataba de la común relación padre-hija. Cualquiera menos yo.
Transcurrió el tiempo y llegó lo inevitable. Mi hermana estaba embarazada. Por supuesto que ambos intentaron encubrirlo. Decían que mi hermana se había embarazado de un chico y que éste se había ido huyendo. Cualquiera les creía pero yo sabía perfectamente de quien era el bebe. Por ahí del tercer mes de embarazo de mi hermana, ésta se puso muy sentimental y de todo se m*****aba.
Al fin presencie la primera pelea de ella con mi padrastro. Al parecer ninguno de los dos se atrevía a decirse las cosas tal y como eran. Supongo yo por saber de mi presencia. Pero con el tiempo mi hermana se volvía más y más descarada con sus sentimientos hacia mi padrastro, a tal grado que un domingo en la mañana cuando todos desayunábamos, mi padrastro me preguntó porque no tenía novio si estaba muy bonita. Mi hermana de inmediato como si le hubieran echado una cubeta de agua hirviendo encima, se paró y se fue a nuestra habitación azotando la puerta tras de sí.
Más tarde, cuando escuchábamos música me dijo: -porque no me habías dicho que ya sabes? -Saber que...?- le pregunte tratando de ocultarlo. En eso mi hermana comenzó a llorar y me pidió disculpas. Me dijo, en forma de confesión, que ella tenía mucho tiempo ya teniendo relaciones con mi padrastro. Me dijo que sentía vergüenza conmigo y culpa con mamá e incluso me confesó que mi padrastro la había violado la primera vez y que las violaciones se hicieron seguidas. Tanto así que terminó por gustarle el sexo con él y ahora que lo había probado no quería parar de tenerlo con él. A mi me dejo muy confundida la declaración de mi hermana pero no tuve tiempo de sentarme a pensar pues mi hermana comenzó a sentirse mal y tuvimos que llevarla al hospital.
Pese a que no era grave el estado de mi hermana, el doctor prefirió dejarla unos días más hasta que pasara todo malestar y su estado de salud fuera bueno.
Mi padrastro y yo volvimos a la casa y más tarde cuando me iba a dormir sonó el teléfono. Era el doctor que tenía un recado para mi padrastro, me lo dicto y después decidí ir a la habitación de mi él a decírselo. Apenas estaba en la entrada de su habitación, como por arte de magia se abrió. Era él que iba saliendo justo en ese momento. Extrañado por no haberme encontrado durmiendo me preguntó que era lo que hacía a esas horas en su habitación. Le dije que tenía un mensaje para él y tras darle el papelito y él leerlo, sus ojos se fueron hasta mí. Con su mirada recorría lentamente todo mi cuerpo, incluso me dio la sensación de que me encontraba desnuda frente a él por la manera en que me miraba. Una mano de él fue hasta mi mejilla y me dio una ligera caricia. Yo me quede inmóvil. Después su mano bajo hasta la altura de mis senos y sobre mi pijama me acarició ligeramente uno. Mi reacción no se hizo esperar y de inmediato mis pezones se pusieron duros. Mi respiración se agitó y mi padrastro al notarlo me dijo: -Así que nos has estado espiando eh? No supe qué decir y preferí guardar silencio. -Quieres saber lo que se siente? A tu hermana le gusta mucho sabes? Con su mano siguió explorando mi cuerpo y yo retrocedí hasta topar con la pared. Allí me acarició descaradamente los senos. -Ven, vamos adentro de mi cuarto... Me puso al borde de la cama y comenzó a besar mi cuello. Con su lengua lo recorrió hasta llegar a mis orejas las cuales mordió y beso. Yo sentí una sensación muy agradable. -Que bonito cuerpo tienes... con razón tu hermana se pone celosa.
Con delicadeza me abrió las piernas, se puso de rodillas y levantando mi playera de dormir comenzó a lamerme la conchita a través de la tela de mi panty. -Que rica conchita tienes hija... mucho mejor que la de tu hermanita. Hmm la tuya apenas y tiene pelitos... que rica almejita virgen tienes aquí... hmm- Esa noche me hizo saltar de gozo y lujuria. Sentí llegar al cielo cuando con sus dedos me hacía cariños en la conchita. Duró como media hora comiéndome en medio de mis piernas y jugar con su dedo en la entrada de mi cuevita.
Me dijo: -Ahora es turno de mi bebita... Se paro frente a mí, desabrocho su pantalón y lo dejo caer al suelo dejando a mi vista su imponente verga. -Agárrala con tus manitas y llévatela a la boca...
Delicadamente me enseñó a recorrer su pellejo de arriba abajo y mientras lo hacía abría mi boca lo más que podía y me la metía lamiéndoselo como si se tratara de un enorme helado, cosa que lo enloqueció. De pronto, se apartó de mí bruscamente y me dijo: -Ahora si te voy a hacer mujercita... así como lo hice con tu hermana. Con sumo cuidado me desnudó, me puso a 4 patitas sobre la cama y apoyando su verga en mi hoyito la restregó muchas veces, yo sentía que se humedecía mi cosita. Me la fue enterrando centímetro por centímetro. -Que estrecha eres!! Aahhh.... ábrete un poco más amor...Aaaahhhhhh... abre las piernitas un poco más! De un solo empujón terminó metiendomela hasta el fondo quitándome el aliento. Te voy a enseñar qué chorro de sangre te salió. Y sacando su gran verga vvi como palpitaba y estaba llena de sangre. Había dejado de ser virgen. -Ahora si empieza a moverte putita... aaahhhh no cabe duda de que tu hermana y tú son unas zorras bien hechas. La ofensa me ofendió un poco pero estaba tan caliente que no le di importancia alguna. -Aaahhh que grande la tienes papito rico! sentía como sus huevos rebotaban en mi trasero -Sentía como sus caderas galopaban con las mías y sus manos no paraban de apretarme los pechos. Me sentía sumamente feliz de tener una verga como la de mi padrastro penetrándome la concha por primera vez.- Me estás partiendo papito! Aahhh me estas partiendo pero me encanta!! Aaaahhhhhh Hizo una maniobra asombrosa y recostándose en la cama me dejo encima de su verga como si estuviera montando un caballo. Y yo como hembra en celo me dispuse a cabalgarlo como nunca se lo hubieran hecho antes. -Te gusta así papito? Aahhh te gusta? Hmm te gusta que mi hermana y yo seamos así de putas?- No podía creer lo que decía. El solo gemía apretándome los pechos descontroladamente. De pronto me indicó que me bajara y que se la chupara lo más rápido posible. Así lo hice, como me encanta tu verga papito. mira que venotas tiene. Me volvió a tomar por la cintura y quedé con mi cabeza hacia abajo. El estaba parado y sosteniéndome en el aire, se comía mi conchita a lamidas y mordidas en mi clítoris. Quedé con mis piernas abiertas cuando me acomodó frente a él y me penetraba. yo no alcanzaba el piso pero él me sostenía en el aire. Ya no necesitó pedirme que se se la mamara. Quería yo comerme esa enorme parte de su cuerpo, dura, tiesa y venosa. Comencé a chupar y a chupar y a chupar su verga, ésta exploto impresionantemente. Entre lamida y lamida saboree su exquisito sabor salado que me enloqueció. No cabía duda que pronto me volvería adicta a ese líquido tan sabroso. Espero que él no deje de comerme y morderme mi clítoris y meterme su lengua en mis labios y mi colita.. Esa noche volvimos a follar otras 2 veces más en las que sin pedirme permiso se vació adentro de mí. Lejos de enojarme sentí bonito saber que yo también podría ser mamá algún día.
Ya quería yo dormir. Me doy la vuelta para darle la espalda y cierro los ojos. Intento no moverme, no respirar. Pero no se va a estar quieto. Respira muy fuerte, cada vez más fuerte. me toca por todas partes. Después empieza a besarme por todas partes. Me dejo hacer como una muñeca, sin abrir los ojos. No quiero verlo, pero le oigo respirar. Se ha metido debajo de las mantas y me besa los pies, sube por las pantorrillas hasta las rodillas. Empieza a jadear. ¿No va a salir nunca? Qué sensaciones tengo, siento un hormigueo en todo mi cuerpo. Él sigue a lo suyo. Ya ha llegado a la entrepierna. Yo cruzo las piernas, que ya me sé lo que va después. No dice nada. Usa las manos para separarlas. Ya estamos otra vez en las mismas. Acababa de bañarme. Me da la vuelta, ahora será peor. Esto además duele. Pero no puedo impedirlo. Su verga venosa ahora entra por mi culito, me abre las nalgas. Hago como que no me entero, pero es imposible no gritar, ya se cansará. Al cabo de diez minutos de empellones hace más ruido, otro ruido. Yo hago todo lo que le gusta. Si acaba pronto me dejará dormir, aunque me tendrá atrapada en sus brazos hasta mañana. Hasta que nos despertemos para continuar conociéndonos mejor.'Lo mejor del día es que se acabe, si se acaba'.
Se avergonzó y solo atinó a decirme "voy a cerrar tu culito con mi lengua". Yo sonreí y me di la vuelta, sentí su mirada en mis nalgas y piernas y salió de mí cueva trasera. Fue a bajar la cortina.
Al día siguiente, al salir de mi casa, me dí cuenta que su auto seguía ahí,me puse al resguardo de un árbol, le esperaba, estaba ahí parada con la entrepierna mojada, él me vio y sin atinar a decir nada me tomo por la cintura y comenzó a besarme, yo le dejé su lengua entrar, dejé que las manos de mi "papi" me envolvieran, las sentí en la espalda, sentí como me jalaba el cabello para que su boca me besara el cuello.
Al acercarse a mi oído me dijo bajito…
-es lo que esperabas verdad? Que te besara y te tocará? si eres buena hasta te termino cogiendo aquí mismo lindura.
De mi solo salían gemiditos que solo el alcanzaba a escuchar.
Yo comencé a desabrochar su pantalón, lo tocaba, sentía a tacto lo grande que era y sin pudor alguno le pedí que me la metiera...
-todita, hasta el fondo.
El me tomó de las nalgas y me subió ensartandome con el a****l que tenía ya bien erecto y listo para hacerme suya, con movimientos tan sincronizados, que cualquiera hubiera envidiado, me fue llevando al clímax hasta venirse y llenarme con todo su semen sin dejar que nada saliese de ahí, yo, por su parte, al sentir esa descarga llegué al orgasmo una vez más.
Sin más palabras nos separamos y con un beso de agradecimiento subió a su auto y fue a trabajar y yo al CEBETIS donde estudio.
Por la tarde, al llegar de la escuela, antes de cogerme, él me desvestía y de la nada yo tenía unas enormes y hermosas tetas que me hacían lucir muy femenina. Él las acariciaba, las chupaba y jugaba con ellas, y a pesar de no saber de dónde habían salido, yo disfrutaba de hacer feliz a mi hombre. Me ponía a chupárselo en cuclillas frente a él, y yo ponía su pene en medio de mis tetas para poder chupar sólo la punta. Él se venía parte en mi boca y parte en mis tetas. Deseo saber que hice todo de mi parte para reventar su dura verga y con la necesidad de acariciarme hasta hacerme venir para poder volver a dormir en sus brazos.
Hoy por la mañana amanecí con las hormonas vueltas locas y unas ganas de verga que no podía esperar para encontrarme con mi hombre. El día en la escuela se me hizo eterno y al llegar a casa corrí al clóset para ponerme la tanga más pequeña que encontré, una de esas que no dejan nada a la imaginación y le envié una foto diciéndole que estaba ansiosa por sentirlo dentro de mí. Él me escribió que estaba en camino a mi casa, con la verga bien dura y con ganas de hacerme gemir de placer, y así pasó. Unas horas más tarde estaba a mi puerta. Lo recibí con una bata y unos tacones y en cuanto cerró me arrojé con todo a desvestirlo y besarlo como una loca.
Ya es común que comencemos así; primero nos besamos, lo voy calentando mientras me bajo y le doy unas lamidas a su pene antes de meterlo por completo en la boca y empezar a mamarlo como si fuera un biberón. Mientras lo hago él agarra mis nalgas y las separa para acariciarme despacito el ano, luego le escupe y mete su dedo despacio pero profundo. Le pregunté si quería terminar de una vez y me dijo que no, que estaba ahí para metérmela en el culo. Me puso de espaldas a él y me la dejó ir hasta el fondo.
Siempre que me está cogiendo, me excita mucho la idea de pensar en lo que estamos haciendo: que él está engañando a su mujer que es mi mami Clara y yo a mi novia que es Alondra mi hermana y también su hija. Que le he dado mejor sexo que su mujer en muchos años y que poco a poco somos más cercanos e íntimos. Siempre que tengo su verga dentro me gusta portarme muy sumisa y obediente. Me gusta sentirme sometida y que él me diga todo lo quiere que le haga o dejarle hacer lo quiera con mi cuerpo. Me siento suya. Me pidió que me volteara boca arriba y viéndolo a la cara le platiqué a detalle mi sueño; lo de mis tetas enormes y cómo él las disfrutaba y se las comía y él me pidió que no dejara de contarle hasta casi a punto de terminar. Entonces me la sacó y por su expresión pude deducir que no le faltaba mucho, entonces lo acosté y en menos de tres mamadas de mis labios, sentí una explosión caliente dentro de mi boca. Me atragantó de semen y en ese momento no supe qué hacer, si escupirlo o tragarlo, entonces saqué su pene de mi boca y jugué un poco con su leche en mi lengua antes de tragarlo.
"Qué rica lechita, mi amor" le dije, y después le di un par de chupadas más a su verga antes que se pusiera completamente blanda. Él me preguntó si me había gustado y le respondí que sí, que me enloquecía que terminara en donde él quisiera hacerlo, ya sea en mi boca, en mi cuerpo o dentro de mí.
Es extraño el rumbo que toman las cosas. Hace unos meses no pensé que volvería a sacar del clóset a mi versión femenina y sumisa, para tener sexo frecuente con un hombre maduro, quien además es hombre de mi madre y papá de una mujer con la que tengo una relación que es mi hermana, y menos que ese hombre me hiciera sentir tantas cosas que siento en este momento.
Alondra ya en casa, comenzó a tocarme las nalgas, las apretaba y pegaba su cara en mi culo, yo tomaba sus manos y las ponía sobre mis bubis que ella apretaba mientras seguía soltando gemidos. Me jalo de la cadera para sentarme sobre sus piernas dándole aún la espalda y me quitó la blusa para poder tocar mejor mis bubis y besarme el cuello.
Me levanté y me puse frente a ella acercándole mis bubis a la cara, las beso y me chupo los pezones, se levantó de la cama y me hizo sentarme, para darme la espalda y bajarse el short de licra quedando en puro calzón, se sentó en mi pierna para comenzar a frotarse en ella y besarme. Al sentir su calzón tan mojado me calenté mucho, la quite de mi pierna para decirle que se acueste, en cuanto se acostó me abrió las piernas para invitarme, así que me acerque y primero le pasé los dedos sobre el calzón, haciendo un poco más presión en su clítoris, ella seguía gimiendo y apretando sus bubis.
Yo me acerque para besarle las piernas y llegar a su vagina, que estaba muy caliente y húmeda, le di pasones con la lengua sobre el calzón, para después quitárselo y ver que la tenía depilada y muy mojada, me fui directo a lamerle el clítoris, lo chupaba y se lo succionaba mientras le metía un dedo. Ella gemía mucho mientras me decía que le encantaba como le chupaba la vagina.
Me quitó de ahí abajo y me quitó mi short junto con el calzón y me puso a gatas, yo levante bien mi culote para que lo chupara y me tocara todo, TODO!
Me agarró las nalgas y metió su cara en ellas, con su lengua comenzó a chuparme el culo y meterme los dedos por la vagina, la quite para ponerme boca arriba y ella empezó a chuparme el clítoris y se sentía tan bien su lengua caliente en mi clítoris, le dije que ahora se acostara ella porque me sentía tan caliente que quería que terminará, le puse mi culo en la cara para chuparnos al mismo tiempo y así fue, ella me chupaba el clítoris y yo a ella, se lo succionaba y pasaba mi lengua en círculos al rededor hasta que sentí como le salió un chorro de la vagina junto con un gemido fuerte, lo que me indicó que había tenido su orgasmo...
Por aquellas fechas murió mi padrino, un buen hombre, y fuimos a su funeral, eran pasadas las 9 pm y a mí me rugía la tripa del hambre, decidí ir a la tienda, no sin antes pedir permiso, y el hombre de mi de mi madre se ofreció a acompañarme.
De regreso me tomó de la mano y mirándome a los ojos me besó y me dijo "me gustas mucho" quedé pasada y atontada, pero antes de dejarme decir nada me jaló y entre un carro y un árbol y la oscuridad de cómplice comenzó a besarme, primero de una manera tierna abrazándome por la cintura y me deje hacer, pero sus manos comenzaron a bajar, sus besos ahora estaban en mi cuello y mis oídos y sus palabras...
-como es que estás tan rica y tan virgen.
-no debieron dejarte sola conmigo
-acaso todo esto es mío?- yo solo decía que si
Me tomó de las caderas, yo estaba cada vez más asustada, cada vez más excitada, cada vez más empapada, me volteo y me quedé pasmada pero quería más, quería saber que seguía en aquellas circunstancias, en mis nalgas solo lo sentía a el creciendo, sentía su respiración creciendo, y cuando solté un leve gemido llevo su mano izquierda a mi boca y su mano derecha bajo mi blusa buscando mis pechos que al roce de sus dedos se ponían más duros, yo lamía su mano que me callaba, me pare de puntas para que pudiera sentir mis nalgas mejor, me dijo que en silencio llevará su mano a mi boca y la lamiera y así volviendo me a callar, bajo por mi abdomen hasta entrar en mi pantalón, yo sentía su mano acariciándome por encima de mis pantaletas y lo escuchaba más agitado cuando noto toda mi humedad, estaba entre el asombro, la pena, el miedo y la excitación, pasó su mano dentro de mis calzones y comenzó a acariciarme yo gemía despacio y mi voz se ahogaba en su mano.
-abre tus piernitas mamacita.
Obedecí y sentí sus dedos entrar, los movía y yo volaba y gemía y me mojaba, siguió así hasta que no pude más, terminé y llené de mis fluidos virginales su mano, él tampoco pudo más y sentí como se venía dentro de su pantalón, supongo que el haberme hecho suya a su manera lo hizo terminar. Saco los dedos y me dio a probarme de mi misma para luego el de gustarme.
Nos acomodamos, tomamos nuestras cosas del suelo y caminamos, encendió un cigarro y me ofreció, al doblar en la esquina estaba mi madre, apurada, buscándome y ahora enojada por verme fumar.
Había tomado un baño de agua caliente, espuma y un poco de aceite con olor a mandarina. Escuchaba un poco de rock, suave, ligero y entre las palabras de Cerati y las ganas que ardían en mí, me empecé a vestir, una a una las prendas que había seleccionado, lo sentía a él, abrazándome, rozando su piel con la mía, sus dedos deslizándose, quemando cada poro que tocaba, el, con su sola presencia me hace temblar, desde el primer día que lo vi mis orgasmos son muchos.
Tenía la lencería puesta en mí, y sentí como un corrientazo de nostalgia y adrenalina subió por todo mi cuerpo, me tire en la cama, abrí mis piernas y suspire, quería tenerlo encima mío, ahogándome, besándome... cuando reaccione tenia mis dedos dentro de mí, pensando en él, anhelando que fuera su hombría y su olor lo que estuviera dentro de mí, haciéndome suya, gimiendo y pidiendo más.
Una y otra vez, introducía mis dedos, los pasaba por mis senos, mi boca, mis piernas, cerraba los ojos, apretaba mi entrepierna, sudaba... volvía y repetía, metía mis dedos, me retorcía de placer, gemía, gritaba.
Estaba húmeda, mojada de placer, caliente de tanto moverme, y cansada de no tenerlo cerca.
Era un día gris, de lencería blanca, de placer y rock, de orgasmos sin él, de deseo por él. Los dedos olían a mí, pero sabía a él.
Desde el momento que entré en su auto comenzamos a tocarnos y besarnos apasionadamente, sus manos recorrían todo mi cuerpo; las metía debajo de mi blusa para poder tocar mis senos los cuales besaba, jalaba y apretaba con una desesperación como la mía de querer liberar su pene para lograr apreciar esa erección y comenzar a tocar su miembro.
Mientras manejaba yo iba acariciando su pene y el metía sus dedos en mi vagina ya muy húmeda por la situación, afortunadamente no tardamos mucho en llegar a nuestra casa, donde en el momento en que el carro entró en el garaje el me jalo hacia él para sentarme en sus piernas volvimos a besarnos apasionadamente me quito la blusa y el bra dejando a la vista mis senos erectos los cuales comenzó a besar y a pellizcar su mano fue bajando hacia mi cintura para proceder a quitarme la falda de la escuela, dejándome solo con una tanga de color blanco con un encaje transparente, yo me agaché como pude para comenzar a probar ese hermoso pene lo deseaba demasiado pues había estado más de un día queriéndolo. Comencé pasando mi lengua por sus testículos los succioné un poco y se los mordí, eso lo prendió mucho a él, después me dirigí hacia su pene pasando mi lengua desde su base hasta el glande, comencé a mamársela primero lento después más rápido sin importarme que mi cabeza chocara un poco con el volante, el gemía cada vez más, entonces se me ocurrió comenzar acariciar su ano y meterle un dedo se lo movía en círculos, entraba y salía haciendo que el terminará en mi boca llenándome de toda su rica leche la cual tome sin ninguna oposición, estaba deliciosa, me levanté y comencé a besarlo haciéndolo probar los restos de su semen que quedaban en mi boca, el mientras me besaba me quito mi tanguita y me acomodo en el asiento del copiloto para que pudiera alzar las piernas y probar mi vagina toda jugosa hecha un mar de lujuria, el comenzó pasando su lengua por toda mi rajita para después dirigirse a mi ano y terminar en clítoris el cual estaba esperando que llegara, el comenzó a mover su lengua en círculos mientras me introducía dos dedos en mi vagina, yo estaba loca de placer era evidente que ya me venía y entonces comenzó a succionar mi clítoris y mi espalda empezó a arquearse generando un inminente orgasmo.
Su pene volvió a estar erecto, él me dijo que lo cabalgara, no lo pensé ni un momento para sentarme encima de él y colocar su pene dentro de mi vagina uy se sentía riquísimo yo me movía lentamente mientras nos besábamos sus manos recorrían todo mi cuerpo, yo pasaba mis manos por su espalda y abdomen, empezamos a realizar un mete y saca mientras uno movía sus caderas comenzábamos a respirar de manera cortada, nuestras respiraciones se sincronizan hasta que ambos nos venimos en su carro, mi vagina quedo llena de su leche caliente y mi cuerpo desnudo sobre el suyo terminamos de recuperarnos y procedimos a bajarnos del carro, eran tantas las ganas que nos teníamos que ni siquiera llegamos al cuarto, yo decidí bajarme desnuda ya que mi tanguita estaba muy mojada y me pareció mejor llegar a la casa y ponerme una limpia además quería que él apreciara mi cuerpo desnudo, a lo cual él respondió diciéndome lo mucho que le gustaba y que toda la espera había valido la pena.
La verdad yo me sentía insaciable quería más y más de él, así que comencé a quitarle el pantalón lo deseaba otra vez , lo quería en mi vagina llegando a la cama me puse en cuatro y él comenzó a embestirme se escuchaban fuerte y claro nuestros gemidos y el sonido de sus testículos pegando con mis glúteos este hombre y sus embestidas que me daba me tenía loca, él me decía mientras me cogía que era su puta favorita, a mí escucharlo hablar así me ponía mucho más caliente y le decía: quiero que me cojas más duro. Rómpeme!!!
Y así lo hizo hasta que los dos nos venimos (el solo acordarme hace que pare de escribir y comience a masturbarme).
La verdad así nos pasamos todo el fin de semana cogiendo por toda la casa en la azotea, en la cocina, en el comedor, en la sala, en el jardín, en el baño...
De eso se trata darte mi placer aunque no te encuentres cerca. Sentirme tuya con sólo pensarte. Todo lo que tú provocas en mí, lo siento cada vez que llegó al clímax. Ese orgasmo intenso que deja todo mi cuerpo vulnerable al tacto con solo imaginarme que eres tú quien me posee.
Esos movimientos me lleva a verte sobre mi y a gemir exclusivamente para ti. Comienzo trazar el interior de mi vulva y mis dedos sienten cuán mojada estoy. El éxtasis se apodera de mí y mis gemidos aumentan que retumban en mi habitación. Ni tan siquiera me importa si alguien me escucha solo quiero quemarme en la pasión que siento al pensarte. Revivo en mis pensamientos esas noches que solo soy tuya y tú mío. Me dejó consumir por la excitación la cual se calma cuando logro llegar a mi orgasmos que me desgarra desde mi interior y termina en suspirando tu nombre.
Soy tuya cariño.
3 years ago